ISIS ABIB AGUILAR SÁNCHEZ
Los domingos no me gustan, usualmente no hay mucho que hacer. Para muchos el domingo es un día de integración familiar, de ir a la casa de los abuelos y comer mucho, en mi caso nunca ha sido así. Me he esforzado en hacer de los domingos un día que contribuya a mi paz mental, encontrar placer en pequeñas cosas como lavar la ropa, comer un helado o pasear a mi perrito. Sin embargo, la culpa y castigo por no avanzar a mis pendientes se puede apoderar de mi estado de ánimo. He padecido lo que suele decirse como “domingo de bajón”, es decir, tristeza o angustia por no saber disfrutar el descanso. Últimamente me he esforzado en buscar actividades recreativas para no sentirme como un enorme insecto tirada en la cama como Gregorio Samsa, pero a veces es inevitable la metamorfosis.
El pasado 28 de abril fue el segundo debate presidencial de las elecciones presidenciales de México, fue un domingo. Y, lamentablemente no tenía más con que entretenerme ese día. Así que me preparé unas palomitas y me senté a ver la novela de humor político. Por un lado, me entusiasmaba ver en vivo los memes que se crearían del evento, pero también me entusiasmaba que se tratarían temas económicos.
La primera pregunta del debate hecha por una joven llamada Yoselín fue ¿De qué manera el gobierno me puede garantizar de forma equitativa la economía entre hombres y mujeres? Me entusiasmó mucho esta pregunta porque es el tema que trato en mi investigación de posgrado en Ciencias Sociales. Hubiera esperado que las y el candidato hablaran de una propuesta de política fiscal redistributiva entre hombres y mujeres, una política tributaria con perspectiva de género, presupuestos de género, reconocimiento del trabajo de cuidado y del hogar en las cuentas nacionales o al menos un compromiso de rendición de cuenta desagregada por sexo.
Una política fiscal redistributiva o progresiva es la manera en la que el gobierno recauda impuestos proporcionalmente según cada nivel de ingreso de la población; es decir, no es lo mismo cobrar una tasa de 10% de manera igual hacia todos los sectores de la población que cobrar 1% a las personas con ingresos bajos y un 10% a los más ricos. El primer esquema sería una tasa neutral o igual para toda la población, pero tratar como iguales a sectores diferenciados termina por ser un acto injusto, pues en relación con los ingresos para algunos ese 10% puede representar la renta de la casa o la comida de 2 días.
La política fiscal es la principal herramienta que el gobierno tiene para intervenir en las variables económicas, pero no sólo debería de proyectarse una política fiscal redistributiva entre sectores diferenciados por ingresos, sino también por género. En un análisis elaborado en 2020 por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados se encontró que el Impuesto Sobre la Renta (ISR) afecta 5% más en los hogares encabezados por mujeres que en el de hombres. Además, en 2022 según el Coneval 76 de cada 100 mujeres viven en algún grado de pobreza o de vulnerabilidad y esta cifra asciende a 83 cuando se trata de mujeres indígenas. Aunado a que las mujeres dedican un mayor porcentaje de su ingreso al consumo de productos y servicios básicos que los hombres. Entonces, una propuesta interesante sería que las mujeres pagarán menos impuestos por el impacto diferenciado que tienen sobre sus ingresos.
Continúan expandiéndose las investigaciones que evidencian las diferencias económicas entre hombres y mujeres, más allá de la diferencia en los salarios. El análisis se puede extender a la recaudación de impuestos (sobre la renta o consumo de mercancías), el gasto social o la inversión pública, etcétera. Sin embargo, las candidatas y el candidato a la presidencia de México para 2024 se limitaron a responder a la pregunta en menos de 10 segundos. La candidata Xóchitl Gálvez mencionó la intención de crear un Sistema Nacional de Cuidados, limitándose a no explicar sobre cómo sería la implementación, y mejor aprovechar su tiempo para mostrar los memes de las calacas chidas. La candidata Claudia Sheinbaum y el candidato Jorge Máynez prefirieron dirigir la respuesta hacia las reformas laborales para la población en general.
Mi intento de rescatar mi estado de ánimo del domingo de bajón del 28 de abril, estuvo saboteado por la evasión a la primera pregunta del debate, a la evidencia de la nula proyección hacia una perspectiva de género en las políticas económicas del país. Como diría Morrisey en la canción Everyday is like Sunday: Come armagedon, come! Come, come nuclear bomb!