Itali Heide
La salud parece sencilla en teoría: la ciencia se ha considerado digna de confianza durante cientos de años, por lo que la opción obvia sería confiar en ella. Confiamos en la ciencia para todo: elegimos la pasta de dientes favorita de 9/10 dentistas, nos abrigamos de más para escapar de la gripe, creemos en las instrucciones para hornear de Betty Crocker y fiamos en que una manzana caerá cuando la soltemos.
Imposible negar la certeza de la ciencia; sin embargo, un número creciente de niños y niñas en México cae víctima a un problema preocupante: las bajas tasas de vacunación. La ley es clara como el agua cristalina cuando afirma que los niños tienen derecho al más alto nivel posible de salud, así que ¿dónde nos estamos equivocando?
La encuesta ENSANUT 2022 confirma temores al mostrar que las tasas de vacunación completa bajaron de 31.1% en 2021 a 26.2% en niños y niñas de dos años. Incluso en los primeros dos años de vida, la vacunación parece volverse menos accesible. Los niños de un año llegan con un 42.6% de vacunación completa, cayendo más de 15 puntos tras soplar las velas del primer cumpleaños.
Lejos de la cobertura del 90% que México quiere alcanzar, la situación actual de los niños no vacunados se debe a muchos problemas: la falta de accesibilidad debido a la pobreza, la falta de apoyo gubernamental y la desinformación que causa desconfianza en la atención sanitaria y las vacunas.
Las comunidades más afectadas suelen ser las que tienen poco acceso al mundo exterior, y albergan perspectivas, tradiciones y temores únicos que pueden fomentar o impedir la aceptación de las vacunas. Cuando se trata de la indecisión ante las vacunas, va más allá de clavar la aguja. Es esencial comprender las raíces y encontrar estrategias culturalmente sensibles para superarlas.
Las comunidades empobrecidas y de difícil acceso se encuentran a menudo en la periferia de los conocimientos esenciales debido al acceso limitado a la educación y a los recursos sanitarios. Los mitos sobre las vacunas pueden arraigar y florecer, causando desconfianza en los servicios médicos que visitan estas regiones. La falta de información perpetúa generaciones de malentendidos y vulnerabilidades, por lo que organizaciones como Medical IMPACT trabajan para desmantelar las barreras que fomentan la desinformación y capacitar a las personas para que tomen decisiones informadas para sus familias.
Las comunidades que viven en el lujo de la modernidad no están a salvo de la desinformación: incluso personas educadas con acceso a datos e investigación pueden caer en la madriguera de los anti-vacunas, siendo los niños los últimos sufridores de las decisiones de sus padres. En última instancia, el poder de la concienciación y la educación públicas está luchando contra las sombras que se ciernen sobre la eficacia y la seguridad de las vacunas.
La decisión deliberada de algunos de rechazar las vacunas tiene sus raíces en el escepticismo, el miedo y las teorías conspirativas, un movimiento que opera abiertamente en un panorama rico en información fácilmente accesible. El movimiento antivacunas se nutre de la desconfianza en las instituciones establecidas y se alimenta de datos seleccionados y estudios desacreditados para justificar la retórica antivacunas. El diálogo respetuoso, la información basada en pruebas y el desmantelamiento de mitos son pasos cruciales para frenar esta tendencia.
Estas dos perspectivas pueden proceder de contextos diferentes, pero es crucial salvar la brecha informativa entre quienes no pueden acceder a ella y quienes no quieren creerla. Las comunidades vulnerables requieren estrategias adaptadas que reconozcan los matices culturales y empleen la accesibilidad, mientras que la lucha contra el movimiento antivacunas exige un compromiso con el diálogo y la comprensión de las raíces del escepticismo.
En la búsqueda de un futuro más saludable para los niños y niñas de México, organizaciones como Medical IMPACT y The People’s Vaccine Alliance se erigen como un faro de esperanza, comprometidas con el principio de que la vacunación salva vidas. Las iniciativas sobre el terreno de Medical IMPACT, desde clínicas móviles hasta talleres comunitarios, sirven de salvavidas para quienes se encuentran al margen de los conocimientos sanitarios esenciales. Mientras seguimos sorteando las complejidades de la vacunación, nuestro compromiso colectivo es crear un mundo en el que todos los niños estén protegidos.