Por: Miriam Serrano
Este 10 de mayo es de festejo y regocijo para millones de madres zacatecanas, pero no lo es para aquellas que día con día siguen en la búsqueda de sus hijos desaparecidos con la firme esperanza de encontrarlos con vida, sin vida o como sea, pero encontrarlos. Minutos antes de las 10 de la mañana varias madres, padres, hijos y hermanos se dieron cita a un costado del Jardín de la Madre y la alameda Trinidad García de la Cadena, donde semana a semana se reúnen las tejedoras de hilos de sangre, para arrancar una marcha de protesta, de dolor, de exigencia por encontrar a sus desaparecidos. Cerca de la 10:20 horas inició la marcha del contingente conformado por varios colectivos, con pancartas, lonas, mantas y cartulinas, en las que plasmaron las fichas de búsqueda de sus hijos y mensajes de exigencia a las autoridades para que coadyuven en esta lucha incansable. Las mujeres compartieron que su familia no está completa, les falta un hijo, un padre, una hermana, una sobrina, simplemente un ser humano que no merecía desaparecer. Consignas como: “¿Por qué los buscamos? Porque los queremos”, “¿Dónde están? ¿Dónde están? Nuestros hijos, ¿dónde están?”, “Este mayo no es de fiesta es de lucha y de protesta”, “Hermano escucha, tu hermana está en la lucha”, “Únete, únete, que tu hijo puede ser” cimbraron las fibras más sensibles de los transeúntes que se encontraron a su camino. El grupo de familias buscadoras avanzó lentamente por la avenida Juárez, Hidalgo hasta llegar a Plaza de Armas, donde colgaron el símbolo conocido como “hilos de sangre”, en el que colocaron el nombre de sus allegados, la fecha cuando sucedió la desaparición, las fichas de búsqueda y el clamor por encontrarlos. Hay personas que llevan en esta lucha más de 10 o 15 años y, aunque la esperanza de encontrarlos con vida se desvanece, no cesan en su esfuerzo por localizar aunque sea sus restos, pues anhelan tener un lugar donde llorar su pérdida.