Por: Othniel Ruiz
A partir del sexto mes de vida, aproximadamente, aparecen los primeros dientes de leche, justo cuando debe dar inicio la prevención de enfermedades bucodentales para reducir la tasa de incidencia de caries dental (60%-90%) en niños en edad escolar.
A nivel mundial la caries dental afecta a unos 2 mil 500 millones de personas, mil millones presentan algún tipo de enfermedad periodontal y cerca de 380 mil casos de cáncer bucal son diagnosticados cada año (OMS 2022). Estas tres son las principales enfermedades estomatológicas que afectan a la población en edad adulta.
En su informe del año 2022, la OMS declaró que 3 mil 500 millones de personas son afectadas por alguna enfermedad en cavidad oral, casi la mitad de la población total en el mundo (45%).
La población más vulnerable y desfavorecida en estas situaciones suelen ser personas de bajos ingresos, personas con discapacidad, personas mayores abandonadas y personas en comunidades rurales remotas; esto expone la flagrante desigualdad en el acceso a servicios de salud dental.
Acudir con un profesional de salud bucal en edades tempranas es la clave para prevenir enfermedades y problemas que en la vida adulta son de mayor dificultad e inversión para corregir, y no siempre quedan resueltas en su totalidad.
Todo lo anterior, aunado a los malos hábitos de la población, el deficiente acceso a los servicios de salud bucal y la falta de conciencia para los cuidados en la cavidad oral, ponen un aumento en la incidencia de las enfermedades en el sistema estomatológico.
Con un programa de concientización hacia la población y un compromiso del profesional en salud bucal enfocado en prevención de primer y segundo nivel, podríamos imaginar tal vez no una reducción en la tasa de crecimiento, pero sí a una desaceleración en ésta.
En conclusión, realizando un mayor enfoque en la prevención, cuidados de higiene y hábitos que afectan la salud bucodental, así como un sistema de salud más accesible, las ventajas en la población tendrían un enfoque mayormente positivo y con resultados más alentadores.
Si queremos ver un cambio favorable es necesario comenzar con pequeños esfuerzos que denoten un cambio significativo, principalmente en edades tempranas conforme el crecimiento y desarrollo, van de la mano de aprender hábitos y conductas que quedan marcadas a lo largo de la vida.