OTHNIEL RUIZ
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Cuando hablamos del aparto estomatognático, los profesionales de la salud bucodental nos referimos a un complejo sistema multifuncional compuesto por más que lengua, dientes y encías, lo que comprende a un sistema multifuncional y de propósitos variables como la masticación y el habla, por ejemplo.
Uno de los principales compuestos de los que poco se habla es la microbiota oral, es decir, todos los microorganismos que se encuentran presentes principalmente en la saliva y, por ende, en la cavidad oral; estos microorganismos constituyen un ecosistema bucal y son los responsables de un equilibrio sano de la salud bucodental y la salud general.
La composición de la microbiota oral está determinada en su mayoría por bacterias en distintas clasificaciones, así mismo podemos encontrar en menor cantidad algunos otros microorganismos pertenecientes a la microbiota, como son hongos, protozoos, enzimas, etc.
La función principal de este compuesto de microorganismos es la de defender al organismo de otros agentes causantes de enfermedades, pues la boca es una de las principales entradas de agentes patógenos causantes de enfermedades u otros problemas.
De igual manera, la microbiota oral se encarga de proteger dientes y encías para prevenir los procesos de caries o de inflamación en las encías, principalmente. De hecho esta demostrado que los microorganismos de la micriobiota oral no sólo se limita a la cavidad bucal, sino que en la nariz, la garganta y los oídos cumplen esta función protectora.
Sin embargo, la flora de la cavidad oral es el reflejo del medio en el que se encuentran y a su vez del consumo nutricional de cada persona. Por ejemplo, una persona relativamente sana, que realiza ejercicio constantemente y su alimentación es muy equilibrada, tiene mayor probabilidad de presentar una microbiota sana y funcional, en comparación con pacientes que presentan enfermedades crónico degenerativas.
Cando existe un desequilibiro de los microorganismos que componen la microbiota oral se le denomina Disbiosis, y al presentarse dicha condicón es más probable que enfermedades como la caries y la gingivitis aparezcan y se desarrollen, debido a que el ecosistema de la flora oral no cumple la función de protección ante agentes patógenos externos.
Para evitar un desequilibrio en la microbiota oral es indispensable el cepillado bucodental después de cada alimento, incluido el uso del hilo dental, ingerir alimentos sanos mayormente, reducir los alimentos con alto contenido en azúcar o procesados, beber abundante agua y acudir con el profesional odontólogo de 2 a 3 veces al año.