ANA RODRÍGUEZ MANCHA
La tos es una respuesta fisiológica normal que actúa como mecanismo de defensa, ante algún agente que eventualmente pueda dañar el sistema respiratorio. Estos agentes se pueden dividir entre cuatro grandes grupos: las causas obstructivas como el asma o la hiperreactividad bronquial, las inflamatorias como la faringitis, laringitis o traqueítis; los estímulos irritativos como el polvo, cuerpos extraños o gases, y por ultimo las causas mecánicas, como los tumores benignos o malignos y las adenopatías (ganglios crecidos) que por su tamaño puedan comprimir la vía respiratoria.
La semiología de la tos puede proporcionar una orientación sobre la causa de su producción, por lo que se debe de poner atención meticulosa sobre sus característica, por ejemplo, el tipo (seca, productiva, perruna, ronca, etc.), el horario predominante, si existen síntomas asociados como fiebre o escurrimiento nasal, factores desencadenantes como el frío, el polvo, el ejercicio, tabaquismo y de suma importancia los antecedentes heredofamiliares como atopia, rinitis alérgica o asma.
Este síntoma se posiciona entre los más destacados en la consulta de primer nivel, por las repercusiones en la calidad de vida de los pacientes que acuden al médico en busca de un producto milagroso que erradique de manera súbita este malestar, pero cabe recalcar que, al ser una respuesta fisiológica de la historia natural de la enfermedad, no existe actualmente algún medicamento que con una sola dosis elimine por completo el síntoma, pero sí se puede administrar ciertos antitusígenos que aminoren la tos causada por infecciones agudas. Uno de los medicamentos utilizados en el argot médico se encuentra el famosísimo “Dextrometorfano”, supresor de la tos que se encuentra en muchas medicinas para resfriado de venta no controlada, ya sea sólo o en combinación con otros medicamentos como analgésicos, antihistamínicos, descongestionantes y/o expectorantes.
Desafortunadamente en la actualidad el uso inadecuado del dextrometorfano por adolescentes y adultos jóvenes, que de forma irresponsable se ha usado como “droga estimulante-alucinógena” y ha ido en aumento, produciendo una sensación similar a la intoxicación por marihuana o éxtasis. Es conocido como “DXM, rojo, robo-tripping , skittling o dexing”, que en dosis no adecuadas se experimentan síntomas como la confusión, la risa fuera de lugar, agitación, paranoia, euforia, alucinaciones, sensación de flotar, cambios en la audición y el tacto, que con el uso crónico puede causar dependencia psicológica severa, producir accidentes tanto del consumidor como a terceros. Los síntomas pueden durar de 8 A 12 horas posterior a la ingesta, pero si existe sobredosis las consecuencias pueden ser fatales hasta llegar a la muerte.
Al ser un problema de salud pública se debe concientizar sobre el conocimiento y la comunicación familiar para detectar cambios en el patrón de las emociones, sobre todo de los más vulnerables del hogar (niños y adolescentes), que pueden presentar cambios externos evidentes, como la disminución en la capacidad de la memoria, el juicio y la concentración, aislamiento social, cambios físicos como la piel pálida, ojeras, pérdida de peso, pupilas dilatadas y trastornos del sueño, que no solo aparecen en adolescentes por recreación, sino que por negligencia se ocasionan en niños por la administración accidental o consensuada de los padres. La supervisión y control de medicamentos en el hogar siempre estará a cargo de los padres, fomentando el uso responsable de los medicamentos, y evitar en todo momento la práctica mal aprendida de automedicarse o hacer caso del aparente “conocimiento” de la vecina, la abuela o la pareja, ya que pueden provocar efectos irreversibles en la familia. Si detectas alguno de estos cambios acude con los especialistas en la salud, que te brindarán herramientas para la detección, atención e intervención del problema.