CARLOS FLORES
Cuando los libros han sido quemados
o se vuelven un objeto de tocador,
no queda más por decir.
Cuando los gobiernos fueron desplazados,
por empresarios transnacionales
que lucran con azúcar, bebidas y drogas,
no queda más por decir.
Cuando las aulas se rigen por reglas
impuestas por políticos ambiciosos,
ignorantes adoradores de las lentes,
no queda más por decir.
Cuando los líderes religiosos se cegaron,
y adoran el dinero como fuente espiritual,
lastiman la inocencia y provocan dolor,
no queda más por decir
Cuando las cosas que importan de verdad
parecen estar dentro de una pantalla led,
y la verdad adquiere millones de caras,
no queda más por decir.
Cuando no haya más qué decir será hora,
de que el espíritu y el alma se inquieten,
que los corazones se arrebaten de sed,
será entonces el momento de actuar.