Carolina Díaz Flores
La obesidad infantil es un problema de carácter sanitario, social y económico, cada vez más preocupante, pues tiene costos (monetarios, individuales, familiares, emocionales, etcétera, sumamente altos). Dos de los factores que contribuyen a este problema es que las condiciones de vida, ingresos y situación laboral determinan que las familias tengan un estilo de vida sedentario, además la abundancia y accesibilidad a comida hipercalórica promueven que las personas cada vez más jóvenes (incluso niños) presenten sobrepeso y obesidad.
Es importante entender qué es la obesidad infantil, este concepto se refiere a un exceso de grasa corporal en los niños, y se considera aún más grave que el desarrollo de obesidad en el adulto, pues tiene graves consecuencias (algunas irreversibles) para su salud a largo plazo, lo cual puede tener graves consecuencias no sólo para su salud global, sino para sus familias. Algunos de estos problemas de salud a largo plazo son las enfermedades cardiovasculares, metabólicas (diabetes tipo 2 desde la infancia, dislipidemias e hipertensión arterial) y trastornos musculoesqueléticos que pueden causar trastornos ortopédicos crónicos.
Falta de actividad física
Uno de los principales promotores de la obesidad infantil es el estilo de vida sedentario. La vida actual condiciona que los niños en lugar de jugar al aire libre o participar en actividades físicas, muchos de ellos pasan horas frente a la televisión, celular o jugando videojuegos. Esto no sólo contribuye al aumento de peso, sino que también afecta negativamente su desarrollo físico y mental. En nuestro contexto, no se puede asumir que la falta de actividad física en niños sea únicamente por cuestiones parentales o de crianza, hay factores a nivel social que son difícilmente controlables por los padres, como lo es la inseguridad en nuestro estado y país, así como las condiciones laborales altamente absorbentes para madres y padres, lo que es difícil disfrutar de tiempo libre para dedicar plenamente a la actividad física en familia.
Alimentación
La comida hipercalórica es otro factor importante que contribuye a la obesidad infantil. Los alimentos altos en grasas saturadas, azúcares y sal son fácilmente accesibles y a menudo se promocionan de manera atractiva para los niños. Las comidas rápidas y los refrescos azucarados se han convertido en opciones populares para muchas familias, ya que son rápidos y convenientes. Sin embargo, estos alimentos carecen de los nutrientes necesarios para un crecimiento saludable y pueden llevar a un aumento de peso no deseado.
Es fundamental que los padres y cuidadores tomen medidas para prevenir la obesidad infantil. Esto incluye fomentar un estilo de vida activo y saludable desde una edad temprana. Los niños deben ser alentados a participar en actividades físicas tanto en el hogar como en las escuelas, además es ideal que la obtención de opciones saludables de alimentación pueda competir en el mercado de la comida basura, tanto en accesibilidad como en costos.