Luisa Espinosa Carmona
Los ácidos grasos omega 3 provienen de los alimentos, el cuerpo no puede fabricarlos. Tienen diversas funciones, desde la actividad muscular hasta el crecimiento celular, pues son componentes importantes de las membranas que rodean cada célula del organismo (se distribuyen a través de todas las células del organismo y modifican la composición y la función de la membrana plasmática de las mismas, así determinan la estructura y la funcionalidad de las células del organismo).
Las concentraciones de DHA son especialmente altas en la retina (ojo), el cerebro y los espermatozoides. Los omega3 también aportan calorías para dar al organismo energía y tienen muchas funciones en el corazón, los vasos sanguíneos, los pulmones, el sistema inmunitario y el sistema endocrino (la red de glándulas productoras de hormonas).
Los omega-3 se encuentran naturalmente en algunos alimentos y se agregan en algunos alimentos fortificados. Algunos de los alimentos en los que puedes encontrarlos son:
Pescado y mariscos (en especial, pescados grasos de agua fría, como salmón, caballa, atún, arenques, y sardinas)
Nueces y semillas (como semillas de linaza, de chía y nueces)
Aceites de plantas (como aceite de linaza, aceite de soya y aceite de canola)
Alimentos fortificados (como ciertas marcas de yogurt, jugos, leche, bebidas de soya y fórmula infantil)
También los puedes encontrar en suplementos dietéticos. Recuerda que el consumo de cualquier suplemento debe de estar autorizado y monitoreado por un profesional competente del área de ciencias de la salud, como nutriólogas/os o médicas/os.
Teniendo en cuenta que debes de contar con la supervisión adecuada, el consumo de omega 3 puede ser parte de tu tratamiento en:
Enfermedad cardiovascular
Salud y desarrollo infantil
Degeneración macular senil
Artritis reumatoide
Desnutrición
Algunos trastornos mentales
Algunas enfermedades neurológicas
Es importante recalcar que el consumo de omegas siempre debe de estar bajo supervisión profesional, ya que un consumo inadecuado podría causar problemas hemorrágicos y posiblemente afectar la función del sistema inmunitario. Los efectos secundarios por tomar suplementos de omega3 en cantidades más pequeñas suelen ser leves. Estos incluyen un sabor desagradable en la boca, mal aliento, acidez estomacal, náuseas, malestar estomacal, diarrea, dolor de cabeza y sudoración olorosa.
A continuación, te dejo un listado para que puedas tener en cuenta las siguientes precauciones:
Las personas que son alérgicas al pescado no deben consumir suplementos de omega 3, ya que pueden provocar una reacción alérgica grave. En estos casos es mejor recurrir a opciones de suplementación con base vegana, que tienen las algas como base.
Evaluar el consumo de suplementos de omega 3 en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ya que no se ha establecido su seguridad para estos grupos.
Personas que tienen problemas de hígado o riñón deben consultar a su médico antes de comenzar a tomar suplementos de omega 3, ya que podrían tener efectos adversos en estos casos.
Aquellas personas que tienen problemas de coagulación sanguínea o toman medicamentos anticoagulantes deben evitar el consumo de omega-3, ya que puede aumentar el riesgo de sangrado.
Y te vuelvo a repetir, así te parezca inofensivo el suplemento de tu interés, siempre debe de ser indicado y monitoreado por tu profesional.