Por María Libertad Aguilar Carlos
La innovación y la creatividad son dos factores fundamentales en el éxito de las empresas en el entorno empresarial actual. En este contexto, el Design Thinking, o Pensamiento de Diseño, se ha convertido en un enfoque crucial para abordar desafíos complejos y encontrar soluciones verdaderamente innovadoras. El Design Thinking ha transformado empresas a nivel global, y algunas estrategias de casos reales ilustran su poderosa influencia. Por ejemplo, la gigante tecnológica de IBM ha adoptado el enfoque para impulsar la innovación desarrollando el “IBM Design”, el cual se centra en la experiencia del usuario y la colaboración entre equipos; Airbnb, la plataforma de alquiler de alojamientos rediseño su sitio web basándose en la retroalimentación constante de los usuarios y la observación de sus necesidades utilizando el Design Thinking, lo que les ha permitido estar a la vanguardia en su industria; y otro caso peculiar es el de AAirpple, que sabemos se centra en la simplicidad la elegancia en el diseño de sus productos, manifestación obtenida con dicho enfoque más la atención al detalle heredada por Steve Jobs.
Todo ha cambiado, está cambiando y va a seguir cambiando, y es cierto que el ritmo de cambio hoy es superior a lo que ha sido jamás. Es un cambio vibrante que exige creatividad más que lógica y racionalidad, por lo que el Design Thinking lleva ya aproximadamente una década de implementación, pero aún se encuentra en momento de expansión hacia diferentes organizaciones. Todo se remonta a Herbert Simon, un científico, político, economista, sociólogo y profesor de la Carnegie Mellon University que comienza a hablar del diseño como forma de pensar en su obra de 1969 Las ciencias de lo artificial, que propone la construcción de ideas, y de ahí varios autores que le van dando forma, hasta llegar a la década de los 80´s donde Peter Rowe le da el término de Design Thinking. Y, a todo esto, qué es el Design Thinking? El Design Thinking es un enfoque de resolución de problemas centrado en el usuario que se basa en la empatía, la colaboración multidisciplinaria y la experimentación constante. Su objetivo es comprender profundamente las necesidades y deseos de los usuarios para desarrollar soluciones que realmente resuelvan problemas y satisfagan esas necesidades, todo esto haciendo entrevistas, realizando una observación empática, con mapas de experiencia del usuario, haciendo perfiles detallados llamados Personas o Arquetipos, con mapas de empatía, Benchmarking o Talleres de Ideación, entre muchos otros.
Existen cinco fases fundamentales para aplicar Pensamiento de Diseño: Empatizar, Definir, Idear, Prototipar y Probar, las cuales no necesariamente se llevan a cabo de forma lineal, pero siempre son iterativas. Para dar más detalle de cada una de las fases, podemos describirlas de la siguiente forma:
- Empatizar: Comprender las necesidades y deseos del usuario. Esta fase se enfoca en obtener una comprensión profunda de los usuarios y sus problemas, intentando responder preguntas como: ¿Quiénes son los usuarios? ¿Cuáles son sus necesidades y deseos? ¿Cuáles son sus frustraciones y desafíos?
- Definir: Establecer el problema y los objetivos. Una vez que se han recopilado una gran cantidad de datos y observaciones en la fase de empatía, es hora de definir claramente el problema que se va a abordar.
- Idear: Generar ideas creativas. Los equipos participan en sesiones de lluvia de ideas y otras actividades de ideación para desarrollar una amplia gama de soluciones posibles sin límites, y se alienta a los participantes a pensar de manera divergente y a proponer ideas audaces y fuera de lo común.
- Prototipar: Construir soluciones tangibles. En esta fase, los equipos crean prototipos que pueden variar desde modelos de papel hasta prototipos digitales interactivos, dependiendo del contexto del problema. El objetivo es construir soluciones tangibles y experimentar con ellas.
- Probar: Obtener retroalimentación y refinar. La fase de prueba implica poner los prototipos en manos de los usuarios para obtener retroalimentación real y valiosa. Los equipos observan cómo los usuarios interactúan con los prototipos y recopilan datos sobre su experiencia. Así se perfecciona la solución y se identifican otros desafíos.
Poner en marcha estas fases no es tan sencillo como se lee, se necesita de preparación y dinámica eficaz, además de que en el mundo de la innovación y el diseño se desarrollan nuevos enfoques como Lean Startup, Diseño centrado en el usuario, Diseño Ágil, Design Sprint, Innovación Abierta o Circular Design. La elección de la metodología o enfoque adecuado depende de las características específicas de un proyecto, así como de los objetivos y recursos disponibles. En muchos casos, se utilizan enfoques híbridos que combinan elementos que se adapten a las necesidades particulares. Por lo tanto, no existe un enfoque único que sea “más efectivo” en todos los casos; la efectividad depende de la situación y la aplicación adecuada de aquel que se elija y experimente.