Por Diego Varela de León
Tal como lo asentó Thomas Hobbes en su obra Leviatán, respecto a los pensamientos en sus distintas facetas, el escritor nos hace una puntual referencia respecto a lo que los criminólogos llaman acciones de prevención después de un estudio y análisis del entorno en aconteceres antisociales respecto a causas y factores de conductas desviadas que, en consecuencia, deberán derivar en acciones de prevención.
En este sentido Hobbes nos cita respecto a que: “La prudencia. En ocasiones un hombre desea saber el curso de determinada acción; entonces piensa en alguna acción pretérita semejante y en las consecuencias ulteriores de ella, presumiendo que a acontecimientos iguales han de suceder acciones iguales. Cuando uno quiere prever lo que ocurrirá con un criminal recuerda lo que ha visto ocurrir en crímenes semejantes: el orden de sus pensamientos es éste: el crimen, los agentes judiciales, la prisión, el juez y la horca. Este género de pensamiento se llama previsión, prudencia o providencia; a veces sabiduría; aunque tales conjeturas, dada la dificultad de observar todas las circunstancias resulten muy falaces. Más es lo cierto que algunos hombres tienen una experiencia mucho mayor de las cosas pasadas que otros, y en la misma medida son más prudentes; sus previsiones raramente fallan. El presente sólo tiene la realidad en la Naturaleza; las cosas pasadas tienen una realidad en la memoria solamente; pero las cosas por venir no tienen realidad alguna”.
Igualmente asienta Hobbes que “el futuro no es sino una ficción de la mente, que aplica las consecuencias de las acciones pasadas a las acciones presentes; quien tiene mayor experiencia hace esto con mayor certeza; pero no con certeza suficiente. Y aunque se llama prudencia, cuando el acontecimiento responde a lo que esperamos, no es, por naturaleza, sino presunción. En efecto, la presunción de las cosas por venir, que es providencia, pertenece sólo a aquél por cuya voluntad sobrevienen. De él solamente, y por modo sobrenatural, procede la profecía. El mejor profeta, naturalmente, es el más perspicaz; y el más perspicaz es el más versado e instruido en las materias que examina, porque tiene mayor cantidad de signos que observar.”
Y sigue Hobbes en un punto no menos importante en el tema de la prevención como son los signos de sugestión y cita que: “Signos. Un signo es el acontecimiento antecedente del consiguiente; y, por el contrario, el consiguiente del antecedente, cuando antes han sido observadas las mismas consecuencias. Cuanto más frecuentemente han sido observadas, tanto menos incierto es el signo y, por tanto, quien tiene más experiencia en cualquiera clase de negocios, dispone de más signos para avizorar el tiempo futuro. Como consecuencia es el más prudente, y mucho más prudente que quien es nuevo en aquel género de negocios que no tiene como compensación cualquiera ventaja de talento natural y desusado: aunque a veces, muchos jóvenes piensan lo contrario. No obstante, no es la prudencia lo que distingue al hombre de la bestia. Hay animales que teniendo un año observan más, y persiguen lo que es bueno para ellos con mayor prudencia que un niño puede hacerlo a los diez. Conjetura del tiempo pasado”.
Por otro lado, Hobbes igualmente inscribió que “La prudencia es una presunción del futuro basada en la experiencia del pasado; pero existe también una presunción de cosas pasadas, deducida de otras cosas que no son futuras, sino pasadas también. Quien ha visto por qué procedimientos y grados un Estado floreciente cae primero en la guerra civil y luego en la ruina, a la vista de la ruina de cualquier otro Estado inducirá que las causas de ello fueron las mismas guerras y los mismos sucesos. Pero esta conjetura tiene el mismo grado de incertidumbre que la conjetura del futuro; ambas están basadas solamente sobre la experiencia”.
Por último y no menos interesante que lo antes asentado respecto a la prevención de los acontecimientos antisociales dadas las experiencias del hombre en lo que realmente debió de ser provisorio y que por décadas y décadas se dejaron de lado y no se hicieron acciones preventivas que llevaran a la sociedad de aquel presente ha avizorar un futuro de paz y armonía social, en este sentido Hobbes asentó que en muchas ocasiones quienes se dijeron versados en tal o cual disciplina relacionada a la prevención que: “Limítese a perder el tiempo mariposeando en sus recetas arcaicas y rancias como los pájaros que habiendo entrado por la chimenea y hallándose encerrados en una habitación, se lanzan aleteando sobre la falsa luz de una ventana de cristal, porque carecen de iniciativa para considerar qué camino deben seguir”, por lo anterior y dada la importancia que reviste el tema de la prevención es de suma importancias que la sociedad una sus mejores esfuerzos al compás de la instituciones en un tema que sin duda nos atañe a todas y todos como lo es el tema de la prevención.