Miriam Serrano
En cada proceso electoral se habla de honestidad, democracia, transparencia y sobre todo del buen manejo de recursos lícitos, o sea que, al menos en intención, todos quienes participan y los principalmente interesados, los gobernantes, nos quieren jugar el dedo en la boca de que todo será con base en las reglas establecidas, ¡Ja!
Y bueno, pues no pueden faltar quienes, al ser testigos de lo que no debiera suceder, te tienen la confianza de exponerte cómo es que se está conduciendo la gente del mandamás en la entidad y cómo es que acuden a los negocios zacatecanos a ofrecerles trabajar con ellos a cambio del ya tan manoseado “diezmo”, sí, ése que cuando eran oposición gritaron hasta el cansancio que el gobernador Alejandro Tello Cristerna y su séquito se dedicaban a cobrar una, otra y otra vez y por supuesto que no desaprovecharon ni un instantes para decirles “corruptos”.
Pues bien, en esta 4T y la nueva gobernanza, sí, la que se glorifica, santifica y se cura en salud al decir que las corruptelas se acabaron, que se van por el camino derechito sin siquiera tener un mal pensamiento, son quienes harán de este proceso electoral, que ya de por sí es un círculo vicioso, “un círculo virtuoso”, porque se habla de lana y no de miles, sino de millones de pesos.
Sí, desde que inició esta nueva administración comenzaron a afilar uñas y dientes para realizar un análisis de cuáles empresas (presas) pudieran resultar más apetitosas para aquello de trabajar “en conjunto”, pero a cambio del diezmo.
Pues bien, ahora con el arranque del proceso electoral esta práctica se ha intensificado y ya trabajan a marchas forzadas para “sangrar”, aunque sea con el 10 por ciento al que se deje, o bien, al que no le quede de otra, pues de no aceptar, se pueden quedar sin chamba, por aquello de que “el que no está conmigo está contra mí”.
Y sí, una vez que se lleva a cabo la contabilización del “negociazo”, se saca el 10 por ciento sin el Impuesto al Valor Agregado (IVA), y esa lana los dueños, gerentes o mandamases tienen que entregársela en efectivo al “negociador”, es que se ocupa para las campañas, ¿es neta?, pues sí, lo es.
Así que los discursos sobre ser diferentes y tener el cambio real en las manos será el pan nuestro de cada día durante los próximos meses hasta una semana antes del proceso electoral federal y local, un discurso tan desgastado porque no hay para más.
Ya dependerá de cada uno de nosotros como ciudadanos si se las compramos, porque de verdad, para donde voltees “es pan con lo mismo”, como en todo hay honrosas excepciones, pero son quienes, de ganar, van contra el sistema y eso, sí está muy complicado de resolver… AL TIEMPO.