Por: María de los Ángeles Moreno Padilla
La inclusión educativa de las personas con discapacidad en la educación superior es un reto mayúsculo que aún no se consolida para dar respuesta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030 que propician que los estudios de licenciatura, maestría y doctorado deberán tener pertinencia social y cubrir las necesidades económicas de las y los estudiantes al egresar e insertarse al mercado laboral; por lo cual las universidades velarán por desarrollo del estudiantado con discapacidad a fin de que alcancen su máximo potencial como personas y como futuros(as) trabajadores(as). Por ello, la comunidad escolar universitaria deberá eliminar o minimizar las barreras didácticas para el aprendizaje y el logro de una inclusión plena en el acceso, la permanencia y el tránsito por la etapa escolar hasta que el alumnado llegue a adquirir su título profesional y, por ende, tener óptimas oportunidades laborales.
A continuación, se hace alusión a los retos enfrentados por las personas con discapacidad durante su inclusión en la educación universitaria:
* Carencia de ajustes razonables al currículo a partir del plano didáctico, tendiendo a no brindar una respuesta educativa a la diversidad de acuerdo con los intereses, necesidades y habilidades del alumnado.
* La formación inicial y continua del profesorado no se enfoca en la atención a la diversidad humana en el ámbito educativo y en cuantiosos casos, la y el docente carece de motivación intrínseca docente base en el proceso de inclusión.
* La evaluación de acceso a la universidad no es accesible, lo cual propicia que se vulneren sus derechos humanos al no haber ajustes razonables, el uso de temporalidad y recursos materiales (textos en sistema braille, lectura fácil, pictogramas, entre otros) que tomen en cuenta las necesidades específicas de apoyo del alumnado, lo cual obstaculiza su proceso de acceso institucional.
* Existencia de reducida accesibilidad en las instituciones educativas de nivel superior en el uso de la infraestructura, el acceso, el equipamiento, las actividades cotidianas desarrolladas en el cotidiano andar de la escuela, comportamientos y actitudes de discriminación.
De igual manera, en el siguiente apartado se proponen algunas acciones para favorecer la inclusión educativa del alumnado con discapacidad en niveles de educación superior:
* La malla curricular y las formas de titulación deberán erradicar las barreras didácticas bajo un diseño universal para el aprendizaje que enaltece la igualdad sustantiva, brindando oportunidades para aprender a todas las personas, proporcionando herramientas que planteen objetivos de enseñanza, métodos, materiales y evaluaciones que sirven para todos y todas.
* El profesorado y el alumnado universitario deberá promover ambientes de aprendizaje sanos y pacíficos, en los cuales se generen entornos en los cuales el estudiantado con discapacidad se sienta acogido y valorado.
* El estudiantado con discapacidad que desee incursionar a la educación superior se le deberá orientar y asesorar vocacionalmente, las implicaciones y las características del modelo formativo universitario a fin de guiarle en su transición, evitando el fracaso y el abandono escolar.
* Percepción de la forma en que la persona con discapacidad es percibida por otros y otras, además de contemplar la forma en que se percibe a sí misma en torno a su condición, lo cual suele propiciar conductas discriminativas, de acoso u hostigamiento escolar.