Por María de los Ángeles Moreno Padilla
Los proyectos de vida permiten que el alumnado con discapacidad que enfrenta barreras para el aprendizaje y la participación social en los distintos contextos en los cuales se desenvuelve establezca expectativas realistas sobre sí mismo(a) a fin de perseguir metas a corto, mediano y largo plazo, lo cual le da pauta acerca de sus logros durante su proceso de escolarización, dado que éste deberá priorizar aprendizajes relevantes que permitan al estudiantado el máximo logro de autonomía, bienestar y seguridad; enalteciendo sus derechos humanos.
El proyecto se deberá estructurar de forma integral, de tal forma que trascienda en los ámbitos: familiar, social, escolar y áulica con impacto y vinculación interinstitucional a fin de potencias las habilidades y destrezas de las y los educandos, fomentando una plena participación y aprendizaje.
Ante ello, se deberá retomar el favorecimiento de conducta adaptativa-escolar a través de las siguientes habilidades:
- Funcionamiento independiente.
- Desarrollo físico.
- Actividad económica.
- Desarrollo del lenguaje.
- Números y tiempo.
- Actividad prevocacional y vocacional.
- Autodirección.
- Responsabilidad.
- Socialización.
- Conducta social.
- Conformidad.
- Confiabilidad.
- Conducta estereotipada e hiperactiva
- Conducta autodestructiva
- Compromiso social
- Conducta interpersonal.