GIBRÁN ALVARADO
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Cierro el mes de febrero, dedicado a algunas películas de Roberto Rossellini, con esta entrega, he tratado de llevar un seguimiento cronológico, lo cual ayuda a comprender, hasta cierto punto, las modificaciones, en algunos casos, respecto a las ideas del director. Si bien es cierto que se pueden identificar varias de sus obsesiones al visionar un par de sus largometrajes, también es posible vislumbrar las preocupaciones o las propuestas que aporta cada filme. En Europa ´51 (1952) considero relevante destacar ese seguimiento que Rossellini da a la guerra, en este caso, se enfoca en lo que hubo después del conflicto armado, más allá de la destrucción del continente, queda la “destrucción del ser humano”, elemento que ya aparece en los anteriores análisis de este mes.
Las pugnas en el campo de batalla han quedado atrás, las secuelas de los años bélicos se hacen visibles en la sociedad, pero, con el pasar de los años, la brecha entre la población se evidencia, las periferias, los desprotegidos, esos que han tenido un papel relevante en las tramas de Rossellini, siguen ahí, sobreviviendo, mientras que también aparecen personajes que pertenecen a las “altas esferas”, empresarios, familias adineradas que tuvieron la posibilidad de “sobrellevar de mejor manera” las peripecias de la realidad de la Europa en fuego.
Entonces, qué dejó la guerra, qué persiste de ella en la realidad de los individuos, todos los problemas mentales, éstos afectan a todos, pero se “tratan” de diferente, unos tienen la posibilidad de acceder a los servicios de salud mientras que otros se las tienen que apañar en los trabajos más arduos en las fábricas y las calles con tal de conseguir el sustento diario. Europa ´51 nos muestra el determinismo social, también la conciencia de clase, así como las pugnas entre las ideas políticas, religiosas y todo esto convierte a la película en un caldo de cultivo para el análisis, para la reflexión, ¿acaso todo esto no sucede aún? Irene Girard es arrastrada por su realidad, todos los problemas tras la pérdida que sufre la encaminan a conocer a diversos personajes (diversas realidades de la posguerra) y todo esto transforma sus ideales.
Estos acontecimientos la llevan a ser presa de su entorno familiar, ellos la llevan a un sitio en el que, desde mi perspectiva, no debería de ingresar, ella sólo busca el alivio después de la pérdida, quiere ayudar a su manera, servir al prójimo, ese que vive una realidad que para ella antes era algo lejano. Al “bajar” a la cotidianidad del otro, al entrar en sus dinámicas, acercarse a ellos, será capaz de comprender muchas cosas, lo cual le creará frustración y la necesidad de actuar según los principios adquiridos. Estado, Iglesia, la sociedad y sus distintas realidades, todo esto adereza el filme de Rossellini, quede aquí el último acercamiento a su filmografía y sirva este mes de febrero para que el lector revisite sus películas.