Por Othniel Ruiz
Alguna vez escuchamos decir a la abuela sobre colocarse un clavo de olor en esa muela que nos ha costado tres noches de insomnio por tanto dolor. O le andamos preguntando a la vecina o a la comadre de algún remedio para esas encías sangrantes que es tan molesto. Incluso habrá quien te ha recomendado a la bruja del rancho vecino o de la cuadra siguiente a la nuestra, esos problemas en nuestra boca que llevan mucho tiempo. O últimamente los remedios del famoso Internet.
Y es que un alto porcentaje de las personas, sin importar la edad, ha manifestado miedo o temor al dentista. Personas que han tolerado un dolor en su boca hasta por años debido a la incertidumbre de cuánto va a doler acudir con un profesional de la salud.
Hace un par de semanas leí en Twitter que preguntaba un colega a otros sobre los remedios populares que han escuchado decir a sus pacientes para el dolor de una muela, y me sorprendí con algunos comentarios que nunca había escuchado, como por ejemplo triturar diente de ajo en el diente infectado o enjuagarse con agua y sal. Así como estos, muchos ejemplos, los cuales no vamos a comprobar o dudar de la veracidad en ciertos casos. Si han ido de boca en boca es porque han funcionado, pero no como solución, sino como paliativos que “alivian” momentáneamente estos malestares en boca.
La verdad es que, para saber o conocer de dónde proviene un dolor, es necesario acudir con un profesional que se apoya de métodos y conocimientos para diagnosticar la causa y enfermedad determinada; y no averiguar si estos u otros remedios pueden o no funcionar.
Hay remedios que se han utilizado por muchos años para mitigar dolencias poco severas (como el uso del clavo de olor en las aftas) la utilización de una planta conocida como “sangre de grado” que, al masticarla, provee de algunos beneficios a las encías. Pero dolores provocados por caries, infecciones, traumatismos y otras afecciones deben ser evaluadas y tratadas por un especialista.
En conclusión, es sumamente importante considerar como primera opción acudir con un profesional odontólogo antes de automedicarse o utilizar remedios y poner en juego nuestra salud. Un profesional tiene la certeza y claridad de brindar la mejor atención y cuidado de nuestra boca.