MANUEL SÁNCHEZ SÁNCHEZ
Fotografías: Archivo Bruno Reimers Acosta
La tragedia de las empresas llega con factores externos, internos o una mezcla de ambos, también es preciso señalar que la historia de ciertos negocios tiene mayor trascendencia que otros, y en el caso de Zacatecas pocos comercios tuvieron una trayectoria como El Globo, cuya finca majestuosa a un costado del teatro Fernando Calderón en la Avenida Hidalgo, tiene un pasado sumamente rico y digno de estudio y difusión.
Se cumplen ya cincuenta y tres años de cuando ese 24 de junio de 1971 se incendiaba la entrañable ferretería de la familia Reimers. El siniestro ocurrió de madrugada, dando pie a una serie de hechos encadenados para que tanto los Reimers como vecinos y voluntarios trataran de sofocar las llamas. Se pueden imaginar el crujido que provocaba el fuego, además del humo denso y con fuerte olor que impregnaba el centro de la ciudad, pues al tratarse de una de las ferreterías mejor surtidas del estado, contaba con varios productos químicos altamente volátiles, todo en una finca antigua en la que la madera jugó otro factor determinante en la propagación de las llamas.
El problema se agravó al carecer de un cuerpo de bomberos en la ciudad, por lo que se requirió el socorro de los bomberos de San Luis Potosí y Aguascalientes, siendo estos últimos los que llegaron para asistir a la familia Reimers y a vecinos que veían consumirse esa empresa tan arraigada en los corazones de los zacatecanos.
Tras controlar el fuego, y hasta despuntar el alba, se pudieron dimensionar los cuantiosos daños que se sufrieron, siendo una pérdida total los bienes y la finca, en donde el monto estimado de la tragedia fue de seis millones de pesos y la trágica muerte de un voluntario que asistía en las maniobras para apagar el incendio. Si bien la empresa estaba asegurada, fue por un monto mínimo al de la pérdida. La desolación, el silencio, la reflexión fueron elementos posteriores a la crisis de esa empresa, de una familia, de un elemento de identidad en la ciudad.
Sin embargo, El Globo con sus raíces ancladas a finales del siglo XIX, se resistiría a perecer, pues la buena fama de la ferretería en la sociedad fue cultivándose a lo largo de varias décadas, desde la administración del alemán Gustavo Neubert, con la compra de Pablo Reimers en 1903 y la incorporación de su hermano Agustín, también alemanes, hasta con la sabia guía de los hermanos Óscar y Pablo Reimers Servín. Es decir, la empresa familiar tenía bien fundados los valores del trabajo duro y la responsabilidad, siendo un ejemplo para otras empresas y empresarios por lo que se reflejo de la solidaridad de los habitantes de Zacatecas en ese difícil momento.
La empresa contaba con una sucursal en la ciudad de Fresnillo, además, de un almacén en los bajos del mercado González Ortega, de los cuales echaron mano para continuar sus actividades de manera inmediata, además de en una finca en renta en la calle Arroyo de la Plata, cercana a la estación de autobuses. La espera por la prosperidad rindió sus frutos a punta de trabajo y más trabajo.
La trayectoria empresarial de los Reimers no se queda exclusivamente en Zacatecas, ya que desde la década de 1880 Francisco Reimers tuvo un acercamiento al norte de México, siendo Francisco quien iniciara labores en la prestigiosa firma Ketelsen & Degetau, en una de las ferreterías más grandes de Chihuahua, además de ser representante consular del Imperio Alemán en esa entidad. Posteriormente se mudó a Durango en donde tuvo una sociedad con un empresario germano dando como resultado la firma Reimers & Beyer, también en el rubro ferretero.
En tanto Pablo, tras seguir los pasos de su hermano, Francisco, llega a Zacatecas y adquiere la ferretería El Globo, en ese momento en manos de Gustavo Neubert, dando inicio a las raíces de la reconocida familia Reimers en Zacatecas. A la llegada de Agustín, la diversificación de los negocios fue incrementándose, en sectores como el de minería, manufactura, teniendo, además, propiedades que ayudaron a incrementar el capital de su empresa. A la par del crecimiento de sus negocios, don Pablo fue criando a su familia en los valores propios de las personas de trabajo, para que en un futuro tomaran las riendas de la empresa y pudieran tener éxito, y así fue, tras el deceso de don Pablo en 1938, la familia reorganizó el negocio, tomando el puesto de gerente general su hijo Óscar, y al avanzar los años Pablo Carlos se fue incorporando al negocio.
Los hermanos Óscar y Pablo fueron reconocidos en zacatecas por su vocación de servicio, su compromiso con las causas sociales que queda de manifiesto al comprobar su afiliación a diversos clubes en Zacatecas, en el caso de don Óscar, al club rotario, al club de leones, a Los Caballeros de Colón y a las Juntas del Mejoramiento, Moral, Cívico y Material, en donde las labores altruistas y de filantropía fueron una constante, además, don Óscar fue reconocido socio de clubes deportivos, tales como el club Campestre y club de Golf de Zacatecas.
El Globo, tras durar más de seis años con operaciones en su sede alterna tras el incendio, abrió nuevamente sus puertas en 1977, demostrando la tenacidad y el sacrificio de la familia zacatecana para resurgir de esas cenizas, que sin duda fue una lección de vida que más adelante tomarían los descendientes de esa generación para ampliar, diversificar y crear nuevas formas de hacer economía en una añeja y dura entidad como es Zacatecas.
Fuentes:
Entrevistas a Bruno Reimers Acosta
Francisco Esparza Acevedo, El Pregonero, Zacatecas, núm., 104, diciembre 2023, pp. 10-11.
El Informador, Guadalajara, Jalisco, 29 de junio 1971, p 4-c.
Incendio 1971
Pablo Reimers, quien adquirió El Globo en 1903
Óscar Reimers Servín Gerente General de El Globo desde 1939 y durante el incendio de 1971
Pablo Carlos Reimers Servín