Israel Álvarez
Si a alguien que no es músico le preguntan qué es la música probablemente responda con ejemplos no técnicos cercanos a su cotidianidad para poder medianamente intentar explicarlo. Eso no quiere decir que no sepa, sino que la música, como todo lo demás que puede sentirse, llega a los sensibles cuerpos y luego se traduce en gestos, formas y en usos del lenguaje disponible. No conocer esa definición de música que dice que es una combinación de sonidos y silencios con melodía, armonía y ritmo, o algo más o menos así, no quiere decir que cuando suena John Coltrane, Joan Manuel Serrat o Juan Gabriel no pueda sentirse cómo recorre el sonido las venas, rellena los pulmones y hace sinfonizar a un percusionista corazón.
La música es útil para muchas cosas, pero es mejor cuando es inútil. La utilidad se otorga a las cosas cuando sirven para algo, en ese sentido, la música-cosa sirve para evocar olvidos fallidos o recuerdos trastocados, para desahogarse o, en todo caso, para ahogarse más, pero principalmente, sirve para sentir, lo que probablemente muchos creerían que, por supuesto, resulta medio inútil. Para sentir, además del casi ridículo requisito de estar vivo, se requieren también los receptores con los que, desde mozalbetes, se aprende que puede sentirse, llámense ojos, lengua, nariz, piel y, por supuesto, oídos. Sentir puede tener utilidad práctica para los que no quieren perder su valioso tiempo, porque puede que tengan muchas, mejores y más importantes cosas que hacer, antes que, desde luego, sentir que están poquito vivos. Para todos los demás, tal vez sentir sí resulte medio inútil.
La gente a veces va y se para o se sienta enfrente de algunos músicos mientras están tocando para medianamente escucharlos mientras hace otra cosa más valiosas como cerrar negocios, arreglar pendientes, platicar cosas importantes o grabar con su celular lo que están tocando para subirlo a sus redes y compartirlo con otros que no pudieron estar ahí, pero que sí pueden darle likes a sus publicaciones y comentar sobre lo afortunados que son los que sí pueden ir a pararse o sentarse a los conciertos y no tienen que estar cerrando negocios, arreglando pendientes, platicando cosas importantes o grabando con su celular lo que están tocando para incesante e innecesariamente estar compartiendo lo valioso que parece estar de inútil.
Algunas piezas musicales son añadidas al cine para ambientar las obras, que es algo así como la musicalización de las historias que ahí suceden para que se sientan más como el director quiere que sientan los que están del otro lado. Algo muy parecido sucede con los que usan audífonos, añaden piezas musicales para ambientar sus propias obras, que es algo así como la musicalización de las historias que les suceden, para que las sientan más como el director quiere que se sientan y que está en ese mismo lado, es decir, adentro, que es donde se escucha la música. Usar audífonos es elegir una banda sonora que se considere más apropiada para la historia personal inmediata porque, de otro modo, podría sonar demasiado cómica una tragedia o viceversa, pero desde luego, menos voluntaria e internamente.
A veces escuchar música en la radio es dejar que lo involuntario sorprenda un poco por los oídos y, en una de esas, hasta la gente que escucha se puede enterar de algo que no esperaba enterarse o musicalizar tantito su vida cotidiana, casi, involuntariamente. Tal vez por eso se ponga la radio de fondo mientras otra cosa más útil suceda, y entonces así, nomás se puedan tararear ligeramente las canciones que van sorprendiendo con su auditiva aparición. Tal vez puedan también entonces los escuchas, enterarse de otras más útiles cosas, por ejemplo, qué es la música, aunque quizá saberlo sea más innecesario e inútil que escuchar tranquilamente a John Coltrane, Juan Manuel Serrat o a Juan Gabriel y así, tal vez, poder decir que se sabe algo de música.
Excelente!!! Perdernos en la música para escapar de lo inútil de la vida y sentir que la música es lo único útil que, en el momento, disipa cada una de mis dudas y acelera mis emociones.