En el lienzo de la moda, donde las agujas trazan identidades y los hilos entrelazan sueños, florece una resistencia vibrante. Colores que desafían la monocromía del prejuicio, telas que susurran historias de valentía y siluetas que abrazan la diversidad sin temor.
En el tapiz de la comunidad LGBTTTIQ+ cada prenda es un manifiesto de libertad. Un vestido ondea como bandera, con el viento de la aceptación propia. Los pantalones y las faldas bailan en armonía, sin géneros que dicten su movimiento. Aquí, la moda es más que colocarse sobre una piel un pedazo de tela: es una afirmación, un himno de amor propio y autenticidad.
Habitar el cuerpo se convierte en un acto de rebelión, una declaración de que cada curva y cada línea merece ser celebrada. Los trajes se convierten en armaduras, protegiendo y embelleciendo al mismo tiempo. Cada accesorio es una historia tejida entre el deseo y la historia personal.
En este altar de creatividad y resistencia, la moda es más que una industria: es un puente entre el pasado y el futuro. Es la promesa de un mundo donde la diferencia se celebra, donde la belleza es plural y donde la identidad es un jardín que florece en mil formas y colores.
Así, en cada pasarela y en cada calle, la moda se convierte en un ritual de empoderamiento. Una sinfonía donde los corazones laten al unísono, donde los zapatos marcan el paso hacia la libertad. Porque en este universo de tela y textura cada puntada cuenta una historia de coraje, de amor y de la fuerza de habitar el cuerpo con orgullo.
El trabajo de Mauro Babún, como ejemplo de lo anterior, emerge como un faro resplandeciente de creatividad y diversidad en el vasto panorama artístico y cultural. Su obra no sólo celebra la diferencia, sino que también la contrasta con la venerada elegancia de lo tradicional, enraizado profundamente en uno de los emblemas arquitectónicos más imponentes de nuestra ciudad y con una temática religiosa que ornamenta con las líneas doradas y las luces de los emblemas.
Sante Sante, bajo la dirección visionaria de Babún, se erige como un santuario donde el arte y la moda convergen en una danza sublime de resistencia y pluralidad. Cada creación es un testamento de talentos entrelazados que confluyen en una misma corriente creativa: la fotografía capturando la esencia pura, los hilos que cosen con precisión cada hebra del vestuario, el maquillaje que transforma y revela identidades, la música que acompaña y eleva el espíritu, y la amistad que nutre y fortalece el tejido humano detrás de cada obra.
En este cosmos de expresión y comunión, cada elemento se entrelaza como hilos en un telar ancestral, tejiendo un tapiz donde la innovación se mezcla con la emotividad, y la belleza se fusiona con la profundidad. El legado de Mauro Babún trasciende el arte y la moda; es un canto a la diversidad, a la autenticidad y a la belleza en todas sus formas.
Karen Salazar Mar
Directora de El Mechero