CAROLINA DÍAZ FLORES
El sedentarismo es un estilo de vida que se caracteriza por poca o nula actividad física, tiene un impacto negativo sobre la salud, sobre todo si se mantiene durante periodos largos a través de la vida. Sus causas son diversas, que van desde el propio empleo y actividades del hogar hasta la disponibilidad de nuevas formas de entretenimiento que se caracterizan por inactividad física (videojuegos, plataformas de streaming, etc). El sedentarismo, afecta al individuo de muy diversas maneras, pero hay tres ámbitos que destacan: 1) problemas cardiovasculares; 2) salud mental; 3) problemas músculo-esqueléticos.
Si bien, superar una vida sedentaria demanda que el individuo se encuentre motivado y con disciplina continua para organizar sus actividades, los beneficios de llevar una vida activa son necesarios para conservar la salud y bienestar a largo plazo. Algunas de las ventajas que genera una vida activa son: fuerza y resistencia física, misma que mejora el rendimiento en actividades cotidianas (esto se observa sobre todo en la vejez, con mayor autonomía para labores cotidianas); mejora la salud cardiovascular, con una menor presencia de infartos o hipertensión arterial sistémica (o control de la misma si ya se padece); mejora de funciones cognitivas, incrementa la capacidad de concentrarse y la memoria; mejora el estado de ánimo, los principales padecimientos de salud mental (estrés, ansiedad y depresión), mejoran notablemente si se realiza actividad física cotidianamente.
¿Qué significa tener una vida activa?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, una persona adulta debe realizar al menos 150 minutos de ejercicio a la semana en al menos 3 sesiones y se recomienda no exceder de 300 minutos a la semana de actividad física moderada o 150 minutos de actividad física intensa. Estos límites son sobretodo para procurar proteger la salud de articulaciones a largo plazo. Sin embargo, la propia OMS, además de recomendar la actividad física en estos intervalos, se recomienda mantener una vida activa además de estas sesiones de ejercicio, pues puede haber un individuo que hace 150 minutos de ejercicio semanalmente, pero el resto del día se mantiene inactivo: se le sigue considerando como sedentario. Por lo que, además, es necesario llevar cierta activación física a lo largo del día, donde de preferencia se incluya actividad aeróbica como caminar de manera frecuente, en total mínimo 30 minutos de caminata al día entre actividades cotidianas como el trabajo, actividades de casa, etcétera.