CAROLINA DÍAZ FLORES
El síndrome de Intestino Irritable (SII), conocido de manera coloquial como colitis, es uno de los padecimientos más comunes en tiempos actuales. El SII es un trastorno de la motilidad intestinal que tiene importantes repercusiones para la calidad de vida de quien lo padece. Se caracteriza por manifestaciones crónicas que suelen ser muy incómodas para el paciente, sus síntomas, suelen ser muy variados: desde dolor abdominal, evacuaciones diarreicas, estreñimiento, malestar después de ingerir alimentos, gases, entre otros. Además, no hay cambios demostrables en los estudios de laboratorio, por lo que se considera un trastorno funcional, que debe diagnosticarse casi exclusivamente con la información que el paciente proporciona. Sin embargo, a pesar de su naturaleza digestiva, la repercusión de este síndrome no afecta únicamente a este sistema, ya que no sólo modifica los hábitos de alimentación y excreción, sino que influye en otras dimensiones: laboral, familiar, emocional e incluso sexual.
Los dos componentes principales para el desarrollo del SII son: los hábitos de alimentación, desde la cantidad y calidad de alimentos (consumo de irritantes, periodos prolongados de ayuno, consumo excesivo de grasas y deficiente de fibra y probióticos); el segundo componente del SII es el emocional, está demostrado que periodos sostenidos o intensos de estrés pueden desencadenar o empeorar los episodios de SII.
Algunas de las recomendaciones más importantes para prevenir y disminuir los síntomas del SII son:
1. Masticar bien todos los alimentos y comer despacio.
2. Limitar el consumo de grasas.
3. Evitar comidas copiosas: lo ideal es que se realicen de 3 a 5 comidas al día en cantidad moderada.
4. Beber suficiente agua durante todo el día (2L/día).
5. Detectar los alimentos que desencadenan los síntomas, para evitarlos (picante, condimentos, etcétera).
6. Regular el consumo de alcohol.
7. Incrementar el consumo de alimentos ricos en fibra (frutas y verduras).
8. Limitar consumo de lácteos y café.
9. Evitar bebidas con gas.
10. Al menos 30 minutos de actividad física al día.
11. Evitar periodos prolongados de ayuno.
12. Disminuir en la medida de lo posible las situaciones que exacerben el estrés.