SARA ANDRADE
Me gustan los círculos. Me gustan los ciclos y las cosas que tiene uniformidad a través del tiempo. A veces no sé si es un llamado superior, si es la voz de Dios, la inspiración de mi espíritu o si es mi cerebro de mono evolucionado, que ha aprendido a amar los patrones y la simetría, por supervivencia, y detestar todo aquello que es caótico y peligroso.
Quizá esta afinidad es la que me hace leer mi horóscopo con desatinada fe o ver en el reloj el 11:11 y crear que en la simetría de las cosas mundanas habita un ser superior que solamente sabe comunicarse así: en pájaros sobre los cables, a través de canciones que suenen en la radio, en el lenguaje enredado de los sueños vívidos. Me gusta pensar que hay algo más que entropía y supongo que es algo que comparto con el resto del globo y que no estoy sola en mi esquizofrenia espiritual, sino que ésta es la norma
En Wikipedia hay una categoría que guarda todos los detalles sobre los eclipses del siglo XXI. Así se llama, “21st-century solar eclipses” y tiene 225 entradas, desde el primero, que sucedió el 21 de junio del 2001 y el último, que sucederá el 4 de septiembre del 2100. Decirlo así “dos mi cien” me hace sentir la lengua extraña, como si estuviera saboreando una fruta exótica. Es una fecha que no veré, a menos que viva 107 años. Pero es una fecha que está registrada con fidelidad porque la danza entre la luna y el sol es tan precisa que ésta es una de las pocas cosas que como Humanidad podemos predecir con exactitud divina.
Entro a la página sobre el eclipse solar del 30 de marzo de 2052, una fecha que veremos dentro de 27 años. La entrada explica que este eclipse total forma parte de un montón de categorías más. Eclipses que sucederán en el Norte de América, en México. Eclipses que forman parte de varios ciclos: el ciclo Saros 130 (que sucede cada 18 años), el ciclo inex (que sucede cada 29), el ciclo metónico (que sucede cada 19), todos ellos con sus propias características geométricas y celestiales.
Este eclipse entra su máximo en Zacatecas, de hecho. Precisamente, al sur de Genaro Codina, entre Los Gachupines y Rancho de En medio, según Google Maps. El eclipse durará 4 minutos y no volverá a verse un eclipse en América, sino hasta el 2078.
Me imagino a mí misma en el 2052. Me pregunto si estaré haciendo las mismas cosas (escribiendo, subiendo al cerro, maravillándome de las pequeñas cosas) y si habré de cambiar otras (quizá ya no viva aquí, quizá ya no viva), pero deleito en que si estoy o no estoy, estará alguien más, muchos más, mirando hacia el cielo, aplaudiendo, cada vez que el día se hace de noche y luego de día de nuevo, como si no pasara todo el tiempo, como si la simetría de nuestros días fuera digna de celebrar.