Hagamos un recuento: nos levantamos y antes de abrir los ojos ya estamos escuchando nuestra cotidianidad. Suena el despertador, el noticiero matutino, alguien se sube un ziper y el gorjeo de la cafetera nos adelanta que tenemos una jornada por delante. Supongamos que alguien se sube a un carro y pone su playlist favorita o salta de una estación a otra en el FM hasta que por casualidad algo reconocible llega a su cerebro. La verdad es que no importa cómo pases el día a día, hay un compañero permanente que nos hace revivir los placeres más mundanos y los dolores más cercanos a una gruta: la música.
Pues bien, en este segundo número El Mechero se complace en dos cosas. La primera es presentar ante ustedes a Nancy Agüero, una mujer apasionada que suena en una misma con su viola, que disfruta la espiritualidad y la melancolía de una nota, pero –a su vez- se convierte en sibila que interpreta, es y está.
El segundo acontecimiento que queremos celebrar es el inicio de un encuentro, pues el Socavón del Arte se convierte también en nuestro hogar y festejamos el compañerismo, el cariño y el amor por la cultura en sus distintas máscaras, así como la pequeña fogata que va naciendo de una colectiva a otra, desde la amistad de una cerilla que apenas comienza a arder. Es por esto que los invito a conocer este increíble espacio en el que otros corazones zacatecanos y un colimense nos abren las puertas a un mundo de posibilidades.
¿Cómo se escucha una viola, un grupo de amigos que celebran un encuentro, o un poema que transgrede? Adentro, en estas hojas virtuales les dejamos un recorrido auditivo, los versos apuntalados de la querida Karen Cano, como el crujir de un pedazo de leña cuando está al rojo vivo. Además, el sonido de una máquina de coser en un lugar cualquiera de Los Ángeles, donde Fanny Mena se aventuró a lanzarse al precipicio para iniciar su sueño por la moda.
También nos acompaña el mesurado, pero contundente diálogo de un Ezequiel Carlos Campos que, además de teclear fuerte y con sapiencia, nos describe las preocupaciones de la ceguera de un alumnado joven. ¿Qué te guía cuando eres ciego, si no es el sonido cómplice? No obstante, si de una guía propositiva y cautelosa hablamos, delante de nosotros –en medio del frío, aturdidos y con los sinsabores debajo del abrigo- tenemos las palabras de Aranza Velázquez, quien nos trae una reseña sobre Siberia de David Olguín. Para cerrar, pero también con mucho ruido y altas sonoridades visuales, tenemos la obra de Julio Rivas, “Bumer”.
No se lo pierdan, piérdanse mejor entre estas páginas que hemos realizado con mucho cariño para ustedes. Gritemos juntos para que las sonoridades sean más fuertes y no olviden que el fuego se propaga: ¡Incendiemos la cultura!
Karen Salazar Mar
Directora de El Mechero