
Soy Ana Valeria Badillo Reyes. Soy maestra en Investigaciones Humanísticas y Educativas. Actualmente, soy doctorante en Letras Modernas de la Universidad Iberoamericana. Soy fundadora del podcast No soy humano. Y soy una gran apasionada de la literatura de terror, sobre todo de la tradición oral. Siento que es una área muy importante y muy representativa de nuestra cultura. Lo que es el terror, el misterio, los crímenes, los fantasmas y seres sobrenaturales genuinamente me apasionan mucho. Es una de las razones por la que inicié precisamente el podcast.
EL MECHERO: ¿Hace cuánto tiempo inició el proyecto No soy humano?
ANA VALERIA: El proyecto inició en agosto del 2020, en plena pandemia. Yo creo que no fui la única que decidió empezar [con algo así]. Supongo que fue un una cosa masiva, algo que se tenía que hacer para uno poder tener un poco de contacto con el exterior, aunque fuera por medio del Internet. Decidí empezar esta idea del podcast porque siempre me ha llamado mucho la atención todas estas historias que se cuentan, sobre todo en los núcleos familiares o en las reuniones.
Mi abuelo era el cronista de Río Grande [Zacatecas]: el señor Luis Badillo. Él siempre nos contaba historias a mis primos y a mí. Este interés, este amor que le tengo a la tradición oral viene desde ese momento y quise empezar a replicar todas estas historias que escuchamos, que nos han contado, que han pasado de generación en generación. Siento que es algo muy importante para seguir conservando nuestra cultura y nuestra memoria.
EM: Es muy interesante como de pronto la narración oral se replica también en redes sociales, porque antes era una cuestión muy íntima, muy familiar, incluso se hacía usualmente en un entorno nocturno, en fogatas. Has tenido oportunidad de viajar a diferentes países, es muy interesante conocer las tradiciones orales de otros lugares. ¿Qué piensas sobre ello?
AV: Definitivamente lo que mencionas es un punto angular no sólo en la literatura, sino en cualquier cultura que sea viva actualmente, es muy interesante encontrar este hilo conector que tú mencionas. He tenido la oportunidad de ir a otros países, por ejemplo, Escocia, donde me llama la atención que, así como nosotros tenemos La Llorona, ellos también tienen su Dama Blanca que se aparece; tienen sus propios duendes, sus propias criaturas sobrenaturales que deambulan por los bosques. Siempre hay como ese hilo conector, uno pensaría que estamos aislados dentro de nuestro imaginario.
Sin embargo, obviamente tenemos una gran influencia europea por esta mixtura que se dio con los españoles, si se dan cuenta hay incluso desde las culturas prehispánicas historias que se repiten una y otra vez. Uno se preguntaría cómo es que los celtas y los aztecas pueden tener historias similares o pueden tener un fantasma similar. Ahí es lo interesante: cómo es que viaja la voz, cómo es que se replica de voz en voz. Como tú decías, primero muy íntimo, en el núcleo del hogar, en la fogata, que es como este elemento muy característico y, ahora que tenemos Internet, me gusta que hay muchos podcast, no soy la única, claro que no. Ésa es la importancia de la polifonía: ahora en el Internet hay muchas voces y nos permiten conocer esas historias, no sólo del sur de México, no sólo del norte de México, sino que haya una visión más amplia, porque luego se tiende a ser muy local o muy centralizado, que sólo se voltean a ver las historias, por ejemplo, del sur, como Oaxaca o Chiapas y de la Ciudad de México, que son lugares llamativos por el exotismo de la vegetación, su exuberancia y dicen “en el norte qué puede haber, hay cerros, no hay gran vegetación, ¿qué puede haber interesante, qué historias puede haber en el norte?”.
Sin embargo, en este proyecto me interesa mucho que se voltee a ver el centro-norte de México porque está muy olvidado y demostrar que hay mucha literatura, mucha historia, mucha tradición oral.
EM: ¿Cuántas temporadas lleva el podcast?
AV: Justo voy a iniciar la temporada número cinco el 2 de febrero. Espero que la gente esté atenta para que puedan verlo y escucharlo.
EM: ¿Cómo ha sido la manera en que organizas las temáticas del podcast o cómo ha ido desarrollándose también esta metodología de presentación?
AV: Al principio fue algo bastante empírico e intuitivo porque eran los temas que a mí más me interesan y que me gustaría platicar y de los que más o menos conozco. Era lo “más a mano”, lo que yo ya había leído. Las primeras temporadas fueron bastante intuitivas: quiero hablar sobre esto y esto. Aparte, era una cronología de un capítulo por mes; entonces, se abordaba el tema, lo desarrollaba y luego ya se grababa, se editaba y se publicaba.
Uno piensa “quiero innovar, quiero reinventarme” y obviamente no hay nada nuevo bajo el bajo el sol, pero decidí la temporada pasada realizar colaboraciones con amigos, compañeros y colegas del área. De hecho, agradezco mucho a Karen [Salazar Mar] que la temporada pasada colaboró conmigo; hablamos sobre el Xantolo, fue un episodio muy lindo, muy interesante, si gustan verlo también está en la página de Facebook, ahí se quedó guardado.
Decidí hacer primero esta colaboración, sugerir temas a mi invitado o invitada, ¿qué tema le gustaría hablar, el que más conocía, el que más podría desarrollar para esta temporada?
En esta nueva temporada quiero abordar historias más extranjeras, no tan locales. Esta vez vamos a voltear al extranjero, sobre todo hacia Escocia, que fue donde pude recolectar mucha información, muchas historias. Se van a dar cuenta de que hay muchas conexiones y hay muchas historias similares a acá en México.
Entonces, todas las temporadas, como siempre, hay un hilo conductor. Las primeras fueron muy al azar, luego fue de colaboraciones y ahora vamos a voltear un poco más al extranjero.
EM: ¿Cuál ha sido tu experiencia como podcaster? Me refiero a este nacimiento que dices pandémico y que además va a la par con tu crecimiento en las investigaciones del doctorado. ¿Cuál ha sido la diferencia que tú ves entre los primeros episodios y esta última temporada que estás por iniciar?
AV: He crecido mucho en esta forma, tanto de hablar, de poder elaborar la conexión entre palabras, lo piensas mucho más, porque al principio uno tiende a trabarse mucho, tiende a ser muy repetitivo o repetir muletillas en las palabras. Uno se vuelve más consciente. Hay al inicio un nervio, que a la fecha me sigue dando, pero ya uno lo puede controlar más. Hay un nervio, un “no sé si lo hice bien, no sé si me expliqué bien”. Siempre hay esas dudas; sin embargo, uno va afinando esos detalles, como se dice “uno va tomando escuela” y seguridad respecto a los temas que abordas porque es enfrentarte ante un público que no conoces y te preguntas “les va a gustar, no les va a gustar, mi tono es el correcto, mi dicción es la correcta, el tema que elegí es bueno”. Siempre hay estas cuestiones de cuando uno se presenta ante la comunidad en Internet, el riesgo de que puede ser bien recibido o no, y no se sabe lo va a pasar.
Aparte porque está esta distancia de anonimato y no se sabe quién está viendo lo que tú presentas; sin embargo, ahora me siento más segura.
Además, tuve la oportunidad la temporada pasada de tener un diálogo, porque normalmente lo que yo hago es un monólogo donde yo hablo, propongo, cuento, yo misma me respondo y me pregunto. Sin embargo, en la temporada pude tener el diálogo, siento que fue mucho más rico porque pude ver otros puntos de vista, otros análisis de los que yo no me había dado cuenta y que genuinamente agradezco mucho a todos mis amigos y compañeros que lo hicieron junto conmigo.
EM:¿Cuál crees que la propuesta innovadora en sí de tu podcast, qué es lo que buscas? ¿Cuáles son tus visiones de tener un podcast de este estilo?
AV: Inicialmente empezó meramente como diversión o pasatiempo de pandemia, porque uno tenía mucho tiempo, pero ahora se ha vuelto genuinamente un proyecto en el que quiero dar voz a aquellas historias que se han quedado relegadas u olvidadas, sobre todo acá en el centro-norte de México, en especial en Zacatecas, porque luego se suele perder entre San Luis [Potosí] y Aguascalientes.
A veces le quiero dar ese giro local y a la vez le quiero dar ese giro más universal, pero genuinamente es poder replicar todas esas historias y todas esas voces que se han quedado en el olvido, rescatar lo más que se pueda de toda esa tradición oral. Ése es mi principal motivo. En el doctorado estoy haciendo mi tesis sobre tradición oral y las leyendas de Zacatecas, me ha ayudado mucho para tener este soporte tecnológico para tener todo este acervo. Mi podcast podría mencionarlo como mi propio laboratorio oral porque ahí están las historias. En flexión de viva voz, que las puedo tener guardadas y que puedo reproducirlas cada vez que sea necesario porque en México sí tenemos varios laboratorios orales; sin embargo, para el centro-norte de México no tenemos ningún laboratorio oral. El más grande se encuentra en Michoacán, realmente no se voltea a ver para acá. Lo tomo como el laboratorio oral del centro-norte de México y un laboratorio personal.
EM: ¿Para los que no estamos tan empapados de esto, qué es un laboratorio oral?
AV: El laboratorio oral no es muy reciente, su creación ya tendrá fácil sus cuarenta años. Inician primero entre filólogos, literatos, estudiosos de la lengua y de la literatura. Su deseo era conservar y rescatar la literatura oral, entonces se hace en aquellos tiempos con el casette con la grabadora. Era ir a recorrer comunidades y en las que se pudiera pedirle, sobre todo a los [adultos] mayores que relataran las historias y leyendas que ellos recordaban o las que más les gustaran. Se guardaban los cassettes y se iba haciendo esta como biblioteca, nada más que se le llama laboratorio oral, para poder empezar a hacer este acervo oral que a través de los años ha ido creciendo, se ha ido enriqueciendo.
Lo bueno de a las tecnologías ahorita es que no necesitas traer una grabadora con un cassette, porque esto ocupa espacio, mucho más dinero y mucho tiempo; sin embargo, ahora, gracias a los celulares o las computadoras o el mismo Internet nos permiten tener grandes cantidades de acervo en un mínimo espacio o en la nube. No hay ese miedo de que se pierda, se queme, que se rompe, que se raye, siempre y cuando haya un respaldo. Entonces esos son los laboratorios orales: bibliotecas que se enfocan en las grabaciones orales de comunidades, pueblos y ciudades.
EM: De todas estas historias que has recolectado, ¿hay alguna que te ha sorprendido?
AV: Hay historias que me han volado la cabeza, pero de ahorita hay una de lo que más me acuerdo y que de hecho voy a hablar en esta nueva temporada. Mi primer episodio se va a dedicar sobre todo a la historia de la cirugía y la historia negra de la medicina durante no sólo el medievo, sino en el Renacimiento. Había un hombre que vivía en Edimburgo, recuerden que para los 1700-1800 la medicina estaba haciendo sus avances poco a poco. Sin embargo, para poder tener un gran conocimiento del cuerpo, pues se tenían que hacer disecciones, lo cual la iglesia no lo permitía. Para poder realizar las disecciones normalmente se vendían los cuerpos de huérfanos, mendigos, borrachos, gente inestable mentalmente que moría. Estos eran los cuerpos que se vendían, este famoso hombre decide matar a 16 personas para vender los cuerpos a doctores para que pudieran hacer disecciones.
El caso fue tan famoso y fue tan sonado que a la hora de juzgarlo, al realizar un juicio se decidió por la ejecución, entonces lo cuelgan. Y no sólo eso, sino que también lo diseccionan, pero era tan conocido y tan mediático el caso que decidieron hacer la disección en el teatro de Edimburgo, donde fueron casi 25,000 personas a ver un cuerpo diseccionado. Aparte, el juez pidió que se realizará con la piel de este ladrón un libro que está expuesto en el Museo de Cirugía de Edimburgo, donde dice “este libro está hecho con la piel de Edmund Burke”, quien fue este ladrón.
Es esas historias negras que ahorita traigo mucho en mente, porque no sólo es ver la historia, sino genuinamente ver el libro hecho con la piel de alguien que colgaron, diseccionaron y que fue como un caso muy sonado. Entonces la medicina tuvo grandes avances, pero también tiene su historia negra, como esta que podemos mencionar y obviamente hay muchas, hay cada historia que tú dices muchas veces rebasa la ficción o la fantasía que uno podría pensar
EM: ¿Dónde te pueden encontrar?
AV: Pueden encontrar mi podcast en Spotify como No soy humano podcast también me pueden encontrar en Youtube como No soy humano podcast, en Facebook también me encuentro con el mismo nombre. Voy a estar publicando tanto los episodios como los Live en calendario y también en todas las plataformas. También las pueden encontrar en Apple Podcast, creo que cualquier forma de podcast se puede encontrar, pero esas son como las principales.
EM: Algo más que quieras incluir en esta entrevista.
AV: Muchas gracias por invitarme y recordarles una vez más que el 2 de febrero inicia la nueva temporada para que puedan escuchar esta historia y otras más que me encontré y preparé sobre la medicina en el siglo XVIII. Les deseo una buena tarde, una buena noche y, sobre todo, un buen morir.
NOTA: Ilustración de Ilse Ovalle