
Parte 2
Por Lizbeth Dueñas
Lizbeth Dueñas: ¿Cómo percibes tu evolución estética? ¿Podrías narrarnos cómo es tu proceso creativo? El cómo trasladas la idea al objeto.
Diego Leija: Sí ha ido muy de la mano leer mucho o estar escuchando conferencias, tener debates con maestros de la licenciatura o también maestros de talleres fuera de Zacatecas; las mismas conversaciones con amigos, con mi grupo de amigos de artes, tenemos muchas discusiones sobre obras de arte, sobre lo que estamos haciendo, haciendo críticas, creo que la estética es algo que se va transformando en cada uno de los creadores, a su tiempo, a su exigencia, a cómo lo exija él mismo y la sociedad, tiene que adaptarse. Siento que ha funcionado a partir de la teoría y estar haciendo ejercicios como ir a museos, a exposiciones, participar en exposiciones, estar viendo mucha información sobre el arte y ya uno va tomando como cositas que te gustan, otras que no tanto, pero sirven, hay cosas que me gustan, pero no me sirven, entonces, creo que la evolución me ha pegado de esa manera. Mi proceso creativo: considero que el dibujo, la ilustración, es una técnica, una herramienta, como para un carpintero un martillo, un serrucho, unos clavos; como para un maestro albañil una pala, el cemento, son herramientas, entonces yo siempre lo que hago es: primero tengo la idea, en la mente, la estoy pensando varias veces porque se me ocurrió una vivencia, como un flash, una idea rápida, se me vino a la mente, la pienso por varios días y ya veo que no se me quita, entonces ya tiene una importancia personal y está hablando sobre algo que estoy viviendo o algo que ya pasé y que me di cuenta que “ah, ya superé esto, voy a hacer algo para recordarlo”, y empiezo a hacer bocetos pequeñitos, así como de cinco por cinco centímetros, con un lápiz, así a lo tonto y empiezo a hacer ahí lo principal, empiezo a trazar y a estructurar, nada detallado, nada más como poniendo los objetos que quiero y dónde los quiero. Luego hago otro boceto más grande, empiezo a bocetar y hago lo mismo que hice en el chico, pero ya un poco más detalladito, después de eso paso a otro dibujo más grande, empiezo a utilizar, por ejemplo, sombreados, texturas, diferentes grosores de contorno, ya le empiezo a meter más producción. Ya después decido “a ver, ¿qué va a ser? Un dibujo, una pintura, un dibujo digital, una escultura”, como que ya la finalidad, entonces escojo la técnica, las herramientas y veo si voy a combinar, si no voy a combinar, qué me sirve, qué no me sirve, y ya de ahí empiezo a trasladarlo al lienzo final. Sobre la marcha, van saliendo más cosas, más detalles, quito cosas, agrego cosas; pero los bocetos siempre trato que sea la pura idea, pero no la finalidad de cómo va a ser. Siempre que tengo un producto final no es muy fiel al boceto, pero la idea se construyó durante el proceso. Hasta ahorita ese es el proceso creativo que tengo, me ha funcionado.
LD: ¿Qué nos puedes decir sobre las artes tradicionales y las contemporáneas? ¿Cuál es tu inclinación y por qué?
DL: Mi inclinación es adonde me dicte la idea que estoy haciendo, a la mejor nada más es un zapato colgado o hay ideas que tienen que ser un mural de un edificio o una prenda de ropa, unos tenis, pintar un carro o hacer una escultura con piezas de una tostadora; no sé, puede ser que sea madera, papel o una tableta digital con un programa de ilustración; pues es adonde me dicte la idea, creo que la inclinación es eso, la necesidad que tenga mi idea, porque no me enseñé ni me enseñaron a cerrarme a las posibilidades que dan los materiales y porque tengo que hacer cosas si no bien nuevas u originales, pues por lo menos que para mí sea la primera vez que lo hago. Yo podría decir que todo está bien, lo tradicional y lo contemporáneo, a mí me gustan las dos, en las dos hay obras pésimas, en las dos hay obras más o menos, en las dos hay obras y artistas muy chingones, muy pesados, otro pedo, creo que nada más es no cerrarme y que no se cierre la gente; está en constante evolución el arte y sus formas de representación, porque si la comunidad o yo nos hubiéramos enfrascado, por ejemplo, con el óleo, pues qué hueva, tendríamos puros artistas de óleo, o de fresco, y no, hay varias vertientes, eso está muy cool, está muy chido.
LD: En tu perspectiva, ¿cómo es ejercer la profesión de tatuador en Zacatecas? ¿Todos los tatuadores necesitan ser estudiantes de arte?
DL: Está muy cool, es algo que a mí me ha encantado, lo he aprendido a amar, me ha dado mucho, que gracias al tatuaje pues fue como lo que me rescató de volver a buscar el arte, a permanecer en él; gracias a él me pagué la escuela de arte, me hice de mi equipo; gracias a él aprendí todas las técnicas que puedo hacer como la ilustración digital, el diseño gráfico, la fotografía, están sustentados por el tatuaje, me ha hecho también ser más comprensivo con las personas; entonces, creo que ejercer la profesión está muy cool, también me ha traído muchos problemas, me ha traído adicción a estar trabajando, y eso me ha traído problemas con ex parejas de no darles su tiempo.
Hubo un tiempo en que abandoné mucho mi casa, ya no disfrutaba a mi familia, muchas desveladas, pero hasta ahí creo que todo ha sido cool, también ha sido difícil porque un tatuaje es un lujo, no es una necesidad humana, tal vez alguien que es aficionado al tatuaje sí lo ve como una necesidad, pero social y objetivamente no lo es; también ha sido difícil porque cada vez salen más tatuadores, entonces la demanda se amplía a más ofertas, pero la demanda es la misma, es un poco difícil también permanecer dedicándome sólo a eso. Los tatuadores no sé si necesiten ser estudiantes de arte, pero creo que hay una diferencia muy grande; bajo mi perspectiva, de lo que es ser tatuador y lo que es ser un artista que tatúa, o un ilustrador que tatúa, es muy diferente; porque tatuador puede ser cualquiera, literalmente, cualquier persona con una máquina y tinta y que le pique, cualquier persona puede hacerlo. Creo que es el exceso que hay ahorita, y por mí está bien porque como yo sí traté de profesionalizarlo no sólo en cuestión de que se vea bonito en estudio, o de tener las herramientas, sino de hacer los tatuajes muy bien. Por ejemplo, yo me dedico a los tatuajes personalizados, entonces a mí me dicen la idea, yo la dibujo a mi manera y ponemos en obra el tatuaje, entonces tuve que estudiar dibujo, tuve que estudiar la psicología del color, pintura, composición, ritmo, contrastes, todo lo que implica el hacer una ilustración o una pintura; el acomodo de las piezas, estudiar el cuerpo humano para ver cómo influyen los diseños en el cuerpo, cómo acomodarlos para que se vean, de cerca y de lejos, dar texturas; entonces a mí me ha funcionado muy bien ser licenciado en artes, meterme muy macizo en la ilustración, en mejorar mi dibujo, las herramientas y las técnicas, al menos a mí me ha funcionado muy bien y lo he llevado muy bien de la mano, pero creo que es porque yo quiero, porque también conozco tatuadores que tuvieron un proceso y no dibujan chido, no pintan chido, y también conozco aquellos que se enseñaron de manera independiente en talleres, o en algún curso corto y dibujan muy bien y aprendieron todo eso con el tiempo, creo que sí es bueno complementar, porque son pilares que refuerzan tu estructura, pero sí es marcar la diferencia entre un artista que tatúa y un tatuador.
LD: Además, me habías contado que algo interesante de tu trabajo es que conoces una variedad de personas y llegan a contarte cosas muy interesantes en sus sesiones de tatuaje, que has aprendido mucho de tus clientes; se podría decir que es un trabajo muy recíproco entre la interacción del tatuador y el cliente.
DL: Tanto te dan como das en cuestión del tatuaje, porque por lo menos a lo que yo me especializo nunca estoy dibujando lo mismo, siempre hago cosas diferentes, entonces eso me permite a mí ampliar mucho más mi capacidad de hacer cosas, de no encasillarme. Hay artistas o tatuadores que yo sigo porque me gusta su trabajo, pero sí es como que “ah, sí, el wey que hace calaveras”, “ah, sí, el wey que hace perritos”, y sí, te pasas de verga haciendo tal cosa o el que pinta cierta cosa, ciertos objetos; pero hacen lo mismo y lo mismo y lo mismo, y a mí, ya no como artista, sino como espectador, me aburre, qué diferencia hay entre tu trabajo de hoy y el trabajo número diez que vas a hacer en tres meses, no va a haber mucha diferencia. Los clientes me han permitido eso, me enriquece mucho el que me hagan batallar y que me pidan cosas que nunca he dibujado. También estar platicando muchas veces con los clientes aprendo de cosas, porque cada humano tiene profesión o vocaciones distintas, estudian cosas distintas, viven cosas distintas; platico mucho con profesionistas, gente que hace algún oficio en específico y yo soy muy curioso, soy muy preguntón, desde niño, entonces como que se me quedó eso y aprendo mucho de la experiencia empírica de cada persona, es muy enriquecedor y también que se puede utilizar. Yo platico con abogados y, a la mejor, en dado caso, que en un momento de mi vida necesite a alguien y ya pueda ir con ese contacto a pedir su servicio, o que alguien arregla carros o construye casas o vende nieves o vende gorditas, comida, entonces también se hace una comunidad de oficios y de quehaceres.
LD: ¿Cómo influye tu trayecto artístico y tu vivencia de él en tu personalidad, tu temperamento y tu estado mental?
DL: Bastante, la licenciatura en artes en la que estuve me abrió mucho el panorama de lo que significa ser muy buena persona, ser humano, con las clases de filosofía, con las clases de estética, ética, me abrió las puertas a ser una persona comprensiva, asertiva, de respetar a los demás, de respetar su punto de vista, de que sí se puede cambiar, de deconstruir cosas que uno tiene como persona, de su familia y sus vivencias o su contexto social, y cambiarlo para una mejor manera, para ser persona y que te sirva mejor en tu día a día. Yo, por ejemplo, era alguien muy explosivo, siempre hablaba como sin censura, y decía lo que pensaba; hablaba sin pensar, en cómo iba a hacer sentir lo que iba a decir a los demás, y eso se me fue quitando, gracias a artes. Tratas con muchas personas que traen sus problemas, sus traumas, y tengo que ser lo más comprensivo que pueda, creo que el arte sí me dejó muy en claro que todos los días yo me levanto tratando de ser buena gente. De ser buen hijo, hermano, tatuador, amigo, si tuviera novia, de ser buen novio, todos los días, pero también reconocer que mi misma humanidad me va a hacer cometer errores y reaccionar, pero el arte hizo que gestionara más esas emociones, y pudiera controlarlas más, y saber elegir cuándo utilizar mi comportamiento; en qué situación, con qué persona, en qué momento; la mayoría del tiempo así es. También me ha traído problemas, porque el deconstruir cosas que no me gustaban de mí, pues también es un lío muy mental, porque te agarras llorando, destruyo mi realidad, cuestiono todo, cuestiono a mis padres, a mis hermanos, a mis abuelos, primos, tíos, a mis amigos; todo eso duele, pero llega un momento, al menos yo ya estuve en ese momento en el que ya cuestioné tanto a los demás y a mí mismo que ya empiezas a ser más comprensivo y ya no me duele tanto la cabeza, y también pues a veces la frustración creativa, estar estancado, de sentir que no avanzas o desapegarte mucho de la idea económica, porque en las artes es difícil mantenerte en cuestión de dinero, pero no es imposible, entonces aceptar que hay altas y bajas y cuando uno está arriba, a ser agradecido con la misma vida, con la obra que hiciste atrás, y también cuando uno está abajo, saber que ya estás abajo y que toca subir. Eso me ha influenciado mucho en mi día a día, de las artes.
LD: ¿Cómo te percibes ser joven creador en comparación con los artistas de trayectoria en Zacatecas?
DL: Creo que también algo que hizo el arte en mí, y eso a penas me fijé, fue que me hizo demasiado noble, no soy egocéntrico, que no está mal serlo, pero me ennobleció mucho, entonces eso hizo que no tuviera una percepción de mí, porque eso pensaba que era como egoísta. Una vez un maestro, que se llama Juan Manuel, un grabador de Zacatecas, y yo empezamos a hablar, vio mis obras, intercambiamos algunos grabados y escribió publicaciones en Facebook. Ya van algunas veces que me menciona, pero una vez publicó una sobre mí, me dijo de frente “tú estás raro porque eres una persona muy joven, pero tu obra es muy madura”, me halagué, pero no lo entendí, y agradecí. Después otras personas me empezaron a decir cosas parecidas, que se les hacía muy joven para tener los trabajos que tengo. Siento que lo que ha visto esa gente fue mi trabajo de estudiante, siento que apenas voy a empezar a hacer obras bien.
A penas tengo seis meses que salí de la escuela. A lo que voy es que no me quiero comparar con la gente que ya tiene muchos años y muchas cosas que ha hecho, la única comparación que puedo hacer es que yo no tuve apoyo cuando decidí dedicarme a las artes, de parte de mi familia, que es lo más importante, de niño tampoco lo tuve, entonces tal vez yo, a diferencia de mucha gente que se dedica a las artes, me dedico por convicción propia y por gusto propio, sin necesidad de que me apoyara alguien, tal vez esa puede ser una diferencia entre los que tienen mucha trayectoria y yo.
LD: ¿Cómo percibes el mercado y la competencia del arte en Zacatecas para los jóvenes y los de trayectoria?
DL: Yo creo que si en México quieres vivir del arte, tienes que ser generación de piedra o de acero, porque es mucha chinga, vas a tener que aflojar mucho con contratos, vas a batallar en saber dar un precio y que te compren producto del proyecto, creo que sí es de mucho amor, no por amor vivir del arte, sino amor de que amar tanto eso que te aferras canijo y ahí vas a estar, insistiendo, insistiendo hasta que pegue, y siempre pega, pero sí es de mucha insistencia, mucha perseverancia, mucha calma y de estar trabaje y trabaje y trabaje hasta que pegue el chicle. No hay mercado en Zacatecas como tal, pero el que hay sí vas a tener que elegir qué obras van para qué tipo de mercado y qué otras van para otro; relacionarse mucho con personas que están dentro de, y tener humildad, pero también empezar a poner límites. Por ejemplo, me decía un artista que ella ya no exponía en bares o en lugares que no son para el arte, porque eso ya no era para ella, y tiene razón, no creo que te haga menos o más exponer ahí, pero a la mejor tiene razón con ese tipo de ideas, además de que de por sí siempre se ha sabido en la historia del arte que es difícil vivir de ello, de diez artistas a la mejor dos se hacen, pero ahorita en el sistema económico que hay está muy difícil sobrevivir afuera por sí solo, muy difícil.
LD: Para finalizar, ¿cuál es tu visión a futuro sobre tu obra, tu trabajo y tu vocación? ¿Qué obstáculos has pasado y cuáles esperas?
DL: Yo creo que va a ser lo mismo, tener las mismas ideas de vivencias personales o una muy cercana y plasmarla, que considere que es importante; me veo exponiendo, una exposición solo, a corto plazo, de unos trabajos que ya tengo hechos, y exponiendo, a plazo largo, en algún museo o alguna galería importante, ya sea en México o en Nueva York, creo que ése es de mis sueños, exponer allá; sobre la magnitud de las obras hacer cuadros más grandes, con mejor calidad, no tanto en la pintura, sino en el montado, experimentar algunas cosas y tal vez viviendo en otro lugar que no sea Zacatecas y llevar allá lo que me puse aquí a hacer, seguir evolucionando, no estancarme, y hacer que mi firma pese, que tenga más valor. También estudiar animación y ver qué pasa, ver adónde me lleva eso, yo creo que por el momento esas serían mis visiones a futuro.
El principal obstáculo fue el apoyo moral de mis personas cercanas, después fue la edad, siento que si hubiera sabido a qué me quería dedicar, o si no se me hubiera olvidado que me quería dedicar a las artes, tal vez ya iría más avanzado de lo que voy ahorita, pero creo que voy bien. Muchos colegas que yo veía que pintaban o dibujaban muy chido ya los alcancé, de algunos pues ya estoy a la par. A lo mejor de obstáculos fue mandar al diablo a mi papá, porque él quería que fuera una cosa y no quise serlo. A veces las carencias que hay en cuestión de dinero, que no hay trabajo, las deudas, pero pues es algo que lo resuelvo y voy bien. Igual, cuando a mí me gusta mi trabajo, me obsesiono, me hago muy adicto, tengo amigos que son adictos a drogas y así, pero pues mi droga es trabajar; me hace muy feliz estar haciendo obra o tatuando, creo que ese sería el obstáculo más grande porque pues por eso mismo perdí gente que no quise perder y tuve que aprender a la mala el balance entre el descanso y el trabajo. Y el tiempo, creo que la idea que antes tenía del tiempo, que pensaba que era una carrera la vida y que tenía que estar llegando primero, pero pues no es así, es con calma, como la rolita “con calma, tranquilito, a mi tiempo, a mi ritmo”. ¿Qué obstáculos espero? Creo que vienen los más difíciles, viene la independencia, viene a la mejor pagar el precio del novato de nuevo en la carrera de animación, en la especialidad; también económicamente ver cómo me va porque voy a entrar a otro mercado, pero no voy en ceros.
Vivir en otro lado y lo que esto conlleva, y yo creo que también tener mucha calma, voy a tener que estarlo recordando mucho porque va a haber muchas carencias tal vez y voy a tener que ser cuidadoso y no desesperarme. También un obstáculo sería el relacionarme con más gente allá, en la Ciudad de México, quedar bien con mucha gente y yo creo que uno de los obstáculos más grandes, en cuestión de dinero, es a mediano plazo; estar solo en cuestión de parejas, porque el mundo está construido para que el hombre mantenga a la mujer y a las mujeres no les gustan los vatos sin varo, entonces, pues, aguantar ese tipo de cosillas, pero nada más eso, creo que si me va bien es porque está escrito que me vaya bien, si no pues ya.