Por Miriam Serrano
Siempre que se lleva a cabo una rendición de cuentas por mandato de Ley se destaca, por supuesto, todo lo que se ha logrado, a cuántos se ha beneficiado, cuánto se ha invertido y suenan millones y millones de pesos, pero lo que no se dice es todo lo que no se ha atendido.
Este segundo informe de gobierno que, tradicionalmente, se le ha considerado como el día del gobernador, dejó muestra de los rubros en los que se ha avanzado, pero también quedó claro que todos los demás donde desafortunadamente no ha habido interés, o bien, se han minimizado, falta mucho por hacer.
El que no se haya recurrido a la deuda pública para sortear los embates que se tienen, es totalmente reconocible, que no es lo mismo aplaudirlo, pues es parte de la responsabilidad que se asumió una vez que se obtuvo la confianza de los zacatecanos.
Si bien se tocó, aunque de manera muy somera, el sensible tema de los desaparecidos en Zacatecas, es tan sólo la punta del iceberg de todo lo que en materia de seguridad es necesario atender, no basta con el anuncio de lo que se hará en conjunto con la Fiscalía General de Justicia del Estado, organismo que, por cierto, hace varios meses anunció la herramienta que permitirá la identificación de personas.
Al igual lo es el desastre que existe al interior de los servicios de salud, así como dentro de la Fiscalía General de Justicia del Estado, pues se entiende que no sólo es un tema de dinero, sino de altura de miras, de responsabilidad y de tener la determinación de hacer cambios de fondo de quienes “no han dado el ancho”.
No se puede continuar en la premisa de que, si existen quejas contras directivos, éstas son derivadas de que la gente sea “floja” y que es porque no les gusta que los pongan a trabajar, pues lo que realmente sucede es un hostigamiento atroz, que sólo quienes los viven pueden dar muestra de ello.
El que los servicios de salud estén colapsados, ante la falta de medicamentos, de equipos para realizar estudios urgentes y que sea necesario enviar a los pacientes a que se realicen éstos por fuera y con un golpe directo a sus bolsillos es una realidad, así se haya informado que, al menos en materia de salud, se hayan invertido más de tres mil millones para el funcionamiento de las unidades médicas.
Lejos estamos de tener un sistema de salud como el de Dinamarca, un discurso por más ambicioso del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y más grave resulta el querer hacer creer que esto puede ser una realidad, cuando el día a día demuestra lo contrario, pues por más que digas con convicción una mentira, ésta puede convertirse en verdad.
En el rubro agropecuario, igual se anunciaron más de mil millones de pesos para la atención del sector, cuando se han registrado sendas manifestaciones en la exigencia de la entrega de apoyos, además de municipios en los que prácticamente se quedaron sin recibir uno solo y deben hacerle frente a la sequía con sus propios medios.
Y qué decir del tema de seguridad, pues si bien el índice de homicidios dolosos y de la incidencia delictiva van a la baja, situaciones como la sucedida en el parque Arroyo de la Plata este fin de semana contra René Flores, un ciudadano que tuvo la valentía no sólo de acudir ante las instancias correspondientes a interponer una denuncia formal por robo y lesiones, sino el haberlo dado a conocer públicamente, dejan de manifiesto que las cosas no están tan bien como se quiere hacer creer.
Previo al informe de gobierno se registraron hechos violentos en varias partes del estado, principalmente en la capital y la zona conurbada, en un solo día se registraron, al menos ocho homicidios, eso no se puede minimizar.
No todo es malo, pero tampoco es bueno, se debe de tener la capacidad de reconocer lo que no se está haciendo bien, asumirlo y resolverlo y dejar de lado el desgastado discurso de que si hay inconformidad y molestia, es porque no se quiere trabajar o porque los movimientos están plagados de tintes o intereses políticos, pues de acuerdo a la perspectiva del mandatario… todo va bien, cuando la realidad es que quedan cientos de aristas pendientes, ¿alcanzarán cuatro años para atenderlas y darles solución?… Al tiempo.