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Existen labores que son esenciales para el funcionamiento del hogar, tales como cocinar, limpiar, lavar ropa y cuidar a los enfermos y menores, cuando no son asociados con un salario se les conoce como trabajo no remunerado. En México, el trabajo no remunerado equivale al 26 por ciento del producto interno bruto (PIB) y es realizado principalmente por las mujeres.
Siendo superior al valor económico del sector comercio, industrias manufactureras y servicios inmobiliarios, el trabajo no remunerado sería el sector más grande del país si fuera considerado de esa manera. Tomando en cuenta la importancia de trabajo familiar, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) actualizó la medición anual del trabajo no remunerado.
Los hogares mexicanos dedicaron dos mil 8951 millones de horas semanas al trabajo no remunerado, de acuerdo con el centro de investigación. En México, las mujeres pasan más tiempo en esta actividad, pues el 64% del tiempo se dedicó a labores del hogar o de cuidados; es decir, trabajaron 40 horas semanas, casi un trabajo de tiempo completo.
Por su parte, los hombres solamente dedicaron 27% de su tiempo, lo que se traduce a 15.9 horas semanales. Según el IMCO, esta disparidad implica que las mujeres tengan menos tiempo disponible para dedicar a otro tipo de actividades, tales como trabajo remunerado, educación o hasta descanso.
Si bien, el 73% de las mexicanas se encargan de tareas domésticas y cuidados, la participación de los hombres aumentó en los últimos 18 años. En 2003, solamente el 20% de los hombres contribuía y para el 2021, dicha cifra incremento al 27%.
Actualmente, los hombres destinan más tiempo en la preparación de alimentos, limpieza y cuidado de la ropa. Entre 2021 y 2020, la participación masculina tuvo un gran incremento para todo tipo de actividades, señaló el IMCO.
En 2021, las tareas del hogar y de cuidados alcanzaron un valor económico de 6.8 billones de pesos, es decir, 26.3% del PIB. Las mujeres, quienes aportaron 4.9 billones, dieron un valor económico 2.6 veces mayor en comparación con los hombres.
Aunque en 2021 se registró una caída de dos puntos porcentuales con respecto al 2020, todavía se observó un incremento de 3% frente al 2019. El IMCO explicó que esto se debe a los cambios dinámicos del hogar provocados por la pandemia, tales como las restricciones de confinamiento.
Pese a los avances en esta materia, señala el centro de investigación, la carga desproporcionada de trabajo no remunerado hecho por mujeres acentúa la desigualdad de género. Por ello, señaló la importancia de reconocer el valor económico de la labor en el hogar, pues este permite el desarrollo de las infancias, contribuye al bienestar familiar y facilita la participación de otros miembros en el mercado laboral.