VIRIDIANA LIZARDO
Imagen: Cortesía
“What’s in a name? That which we call a rose by any other name would smell just as sweet.”
-Shakespeare
Pregúntale a un lingüista o a un poeta. Las palabras importan, las palabras cambian un texto. Las hay con significados diferentes y sonidos iguales, con significados iguales y sonidos diferentes. «desnuda» que «encuerada», ni «muerto», «fallecido», «occiso» o «cadáver». Lo mismo ocurre con «mujer», «hembra», «fémina», «dama», «señora» o «señorita». Que el lector entienda lo que el escritor quiere es difícil. Seleccionar las palabras para describir la realidad implica transformar lo que nuestros sentidos captan en algo abstracto, transmitible, deseablemente universal. Las palabras que usamos para nombrar los organismos que nos rodean usualmente no son universales. La selección de esta palabra, usualmente el nombre común o vernácula, incluye historias, leyendas, usos y costumbres. En escarabajos, por ejemplo, hay temolines, mayates y pinacates.
Los temolines deben su nombre a raíces náhuatl: tetl (piedra) y ollin (movimiento), lo que les da el significado de «piedras en movimiento» o «piedras voladoras». Los temolines son, “piedras en movimiento”, “piedras voladoras”, o ¿por qué no? “piedras rodantes”. Así, los Rolling Stones serían Beatles y viceversa. Los mayates, por otro lado, provienen de máyatl, que en el Nuevo Vocabulario de Alfonso de Molina se describe como “cierto escarabajo que vuela”. Aunque yo la relaciono con unos escarabajos verdes que se amarran a un hilo para jugar con ellos (por ejemplo, Cotinis mutabilis), también se usa la palabra para nombrar a los escarabajos estercoleros. Del gusto de ciertos mayates por meterse lugares donde hay excremento, en México esta palabra se usa para nombrar a un hombre, de apariencia masculina, que satisface sexualmente a otro hombre (Robles Mora, 2016).
Ahora bien, los pinacates. Esta palabra es definida por la RAE (2024) como “Escarabajo de color negruzco y hediondo que suele criarse en lugares húmedos.” El Diccionario del Español de México agrega que este escarabajo “se caracteriza por despedir un olor desagradable”. La palabra “pinacate” tiene origen náhuatl y significa “escarabajo negro”. En el intento de estandarizar el uso de nombres comunes, éste ha sido asignado usualmente al género Eleodes, dicho nombre científico y riguroso significa “parecido a una aceituna”, pues parecen una con patas (Triplehorn et al, 2009). Los Eleodes son detritívoros y ápteros característicos por su comportamiento defensivo de levantar el abdomen para amenazar con el bombardeo de sustancias fétidas, lo que les ha ganado el apodo de “escarabajo pedorro”. Tanto destaca este comportamiento que hay una historia de los otomíes de Hidalgo al respecto (Adalsoro, 2001) y otra del pueblo zuñi de Nuevo México (Crushingm 1901). En ambas historias, un coyote amenaza con comerse a un pinacate, quien responde agachando la cabeza, alzando el abdomen y diciendo: “Shh, estoy escuchando una reunión. Atrapan a cualquiera que haya ensuciado el camino y le cortan la cabeza”. El coyote, al recordar su conducta, huye por temor a perder la cabeza.
Últimamente, la ciudad de Zacatecas (entre otras) está atascada de pinacates que no tienen este comportamiento. Sí, son negros y son apestosos, eso los vuelve un pinacate. Pero son pinacates sensu lato, no son Eleodes (pinacate sensu stricto). Desarrollemos este argumento: para ser llamados aceitunas con patas, necesitan pertenecer a la familia Tenebrionidae, que significa “que habita las tinieblas”. Dichos bichos son del suborden Polyphaga (que comen muchas cosas) y se caracterizan por tener el primer esternito visible no dividido por las coxas traseras. Nuestro bicho no cumple con esto. Así que, al tener antenas filiformes y mandíbulas que destacan su hábito depredador, son del suborden Adephaga (que comen mucho). Dentro del suborden, pertenecen a la familia Carabidae, que significa “caminante” y al género Calosoma, que significa “cuerpo hermoso”.
Los Calosoma también son conocidos como «caza orugas» porque, precisamente, cazan orugas. Gracias a este nombre podemos rastrear información sobre ellos y explicar su repentina abundancia. La historia natural de éste género de bichos fue descrita por Burgess y Collins (1917) y Larochelle & Lariviere (2003). Según esta información, el incremento poblacional está sincronizado con las fechas de actividad (marzo a diciembre) y de reproducción (finales del verano). La generación anual surge en octubre o noviembre y sale a buscar alimento. Para diciembre, se esconden bajo piedras y entran en hibernación.
Con esta identificación, podemos responder la pregunta del título. Al pertenecer a diferentes subórdenes, Eleodes y Calosoma tienen muchas diferencias morfológicas y de comportamiento. Sin embargo, ambos comparten las características de ser llamados pinacates por negros y hediondos. Pero, el hedor es diferente. Mientras los Eleodes disparan una mezcla principalmente compuesta de p-quinonas (Tschinkel, 1974), que tiene un olor irritante similar al cloro, Calosoma secreta salicilaldehído, que tiene olor a almendra amarga, y ácido metacrílico, con un olor agrio y desagradable (Mccullough y Weinheimer, 1969). Entonces, el olor sí depende del pinacate.
Referencias
Aldasoro, M. M. (2001). Insectos en la cultura Hñähñu. PACMYC, CONACULTA, Cultura Hidalgo.
Burgess, A. F., Waggaman, W. H., Thompson, C. W., Marsh, C. D., McGregor, E. A., Hillman, F. H., … & Johnson, W. T. (1917). The genus Calosoma: Including studies of seasonal histories, habits, and economic importance of American species north of Mexico and of several introduced species (No. 89). U.S. Department of Agriculture.
Caballero, S. Z., Heredia, J. L. N., & García, E. R. (2023). Temolines. Los coleópteros entre los antiguos mexicanos. UNAM, Instituto de Biología. Recuperado de http://www.ibiologia.unam.mx/barra/publicaciones/Temolines.pdf (consultado el 25 de octubre de 2024).
Crushing, F. H. (1901). Zuñi Folk Tales. New York, NY y Londres: G. P. Putnam’s Sons. Recuperado de https://archive.org/details/zuifolktales00cushrich/page/236/mode/2up (consultado el 25 de octubre de 2024).
McCullough, B. T. (1966). Quantitative determination of salicylaldehyde in the scent fluid of Calosoma macrum, C. alternans, C. affine, and C. parvicollis (Coleoptera: Carabidae). Annals of the Entomological Society of America, 59, 1018. https://doi.org/10.1093/aesa/59.5.1018
Real Academia Española. (2024). Diccionario de la lengua española (23.ª ed., versión 23.7 en línea). Recuperado de https://dle.rae.es (consultado el 28 de octubre de 2024).
Robles Mora, J. A. (2016). Mayates y muxe’s: sexo democrático. Suplemento Letra Ese, La Jornada. Recuperado de https://letraese.org.mx/wp-content/uploads/2020/11/Suplemento-237-abril-2016.pdf (consultado el 25 de octubre de 2024).
Tschinkel, W. R. (1975). Unusual occurrence of aldehydes and ketones in the defensive secretion of the tenebrionid beetle, Eleodes beameri. Journal of Insect Physiology, 21(3), 659-671. https://doi.org/10.1016/0022-1910(75)90118-6
Triplehorn, C. A., Thomas, D. B., & Riley, E. G. (2009). The genus Eleodes Eschscholtz (Coleoptera: Tenebrionidae) in Texas. The Coleopterists Bulletin, 63(4), 413-437.