Gibrán Alvarado
La leyenda se remonta al siglo XV con Vlad, el empalador, príncipe de Valaquia, la actual Rumania. Los relatos sobre no vivos y demás seres demoniacos, licántropos o murciélagos hambrientos de sangre también tienen antecedentes más antiguos. Fue quizá a partir de la obra literaria Drácula (1897), de Bram Stoker, que el vampiro cobra relevancia, tanta que aún es un personaje que sigue reelaborándose en la actualidad, ¿a qué se debe esa necesidad o curiosidad hacia lo terrorífico?
Desde mi experiencia con la novela, no dejó de sorprenderme la capacidad del escritor irlandés de introducir en su narración las descripciones de procesos médicos poco realizados en esa época, como las transfusiones sanguíneas, así como los elementos de sorpresa y miedo cuando seguimos a Jonathan Harker en su camino hacia el castillo del conde. La composición del libro posee fragmentos de diarios, cartas y recortes de periódicos que permiten seguir la trama a través de la perspectiva de varios personajes, Lucy, Mina, Van Helsing, Renfield, etc., lo cual propicia un entorno panorámico de los acontecimientos.
Pero si la obra de Stoker destacó por visualizar el mito vampírico, fue la película producida por Universal Studios, con dirección de Tod Browning y una excepcional actuación de Bela Lugosi, la que dio realce al vampiro cinematográfico, es cierto que el primer filme que recupera el libro fue Nosferatu: Una sinfonía del horror (1922), de F.W. Murnau, otra de las grandes películas de culto, la cual tuvo que modificar nombres y espacios debido a una demanda por parte de Florence Balcombe, viuda de Stoker.
El filme de 1931 destaca por varios elementos, la excelsa escenografía, la envolvente fotografía, así como las actuaciones icónicas de varios personajes, yo destacaría los papeles de Renfield y Drácula. La historia tiene algunas modificaciones respecto al libro y por la breve duración de la cinta (75 minutos), me parece que se da un muestreo panorámico del texto. La llegada al castillo, el viaje en barco hacia Inglaterra, el primer encuentro con Mina y los posteriores descubrimientos por parte del Dr. Van Helsing dan a la película una fluidez que se disfruta, aunque me pareció que el final fue algo abrupto y simple, pero en su totalidad me parece que una propuesta muy bien lograda por los demás aciertos.
El vampiro, Drácula en específico, es un personaje que mantiene su vigencia, desde las animaciones de Hotel Transylvania (2012) hasta Drácula (2020) serie televisiva de la BBC, sus características siguen fascinando a los espectadores y hay algo en su leyenda que nos hace aterrarnos. El actor Bela Lugosi dio esencia al papel del vampiro y se convirtió en uno de los monstruos más emblemáticos, no sólo del universo creado por Universal Studios, sino de la cultura popular desde hace casi cien años.