Catálogo mexicano de cine de horror es un libro que emerge como una suerte de conjuro literario entre la poesía y el cine, un crisol donde las imágenes del séptimo arte se funden con las palabras en un diálogo inquietante. La obra de Alberto Avendaño se presenta como un catálogo cinemático y literario que explora las profundidades del cine de horror mexicano, un género que, lejos de limitarse a lo superficial, se sumerge en las capas más complejas del miedo, lo psicológico, lo social y lo sobrenatural. Es, en muchos sentidos, un homenaje a un cine tan peculiar como maltratado, pero que posee una densidad narrativa propia, perfecta para la transposición poética.
A través de estos versos, Avendaño reconfigura las películas de terror mexicanas, que en su mayoría no están suficientemente valoradas, convirtiéndolas en arte elevado y denso, donde lo grotesco se alza como un medio para hablar de lo humano, lo político y lo social. Como él mismo dice en su entrevista, el proceso de escritura fue más que una simple observación; fue una verdadera inmersión en las texturas del cine, una mirada profunda a las películas, donde no se deja nada fuera, ni los filmes más olvidados ni los más impactantes, esos que forman parte del imaginario colectivo de México.
La poesía de Avendaño en Catálogo mexicano de cine de horror no está confinada a los límites del verso tradicional. Tal como el poeta afirma: «El poema no tiene límites, el límite es el poeta», y en este libro se refleja claramente esta máxima. Cada poema actúa como una película en sí misma, moviéndose entre lo visual y lo evocador, convirtiéndose en una secuela de imágenes oscuras, de sensaciones turbias, que arrastran al lector a través de una experiencia sensorial, más allá del mero relato literario.
La estructura del libro también es reveladora, pues se aleja de los convencionalismos del poemario clásico y se adentra en un territorio híbrido, donde la poesía y el cine no sólo se cruzan, sino que se alimentan mutuamente. Avendaño no trata de hacer una crítica cinematográfica en sí misma, sino que usa el cine como herramienta de exploración poética. Así, el cine y la poesía se dialogan entre sí, generando una nueva forma de escritura que permite al lector ver en la oscuridad de lo macabro una poética visual rica y compleja.
Además de lo visual, los poemas de Avendaño se nutren de las texturas del horror social, ese que refleja el desarraigo, la violencia y la alienación, tan presentes en el cine de terror mexicano. El libro no es estrictamente autobiográfico, como él mismo menciona, pero se siente la resonancia de su mirada crítica sobre la sociedad. El horror no sólo está en lo sobrenatural, sino también en las condiciones humanas que reflejan las películas seleccionadas.
Así, Catálogo mexicano de cine de horror no es sólo una obra para los amantes del cine ni sólo para los poetas; es un libro que invita a todos a explorar una de las formas más inquietantes y ricas de la cultura mexicana, entregada en un formato inédito, donde las palabras no solo asustan, sino también deslumbran. No olviden apagar la luz y servir las palomitas de maíz. ¡Juntos incendiamos la cultura! ¡Qué lo disfruten!
Karen Salazar Mar
Directora de El Mechero