
Tú, que fuiste una aurora, una granada roja de virginales gajos.
Ramón López Velarde
¡Júbilo de los chiles en nogada donde brillantes granos de rubí y granate desgrana la granada!
José Juan Tablada
VERÓNICA G. ARREDONDO
Nocheztli del náhuatl significa “sangre de nopal (o) de tuna”, en mixteco ndukun quiere decir “insecto sangre”, términos para denominar el origen del colorante natural prehispánico. La domesticación de la plaga data de siglos en Mesoamérica, su utilización en el teñido textil, pintura en papel amate, códices, alfarería, vestigios arqueológicos y murales provenientes de grupos étnicos de Puebla, Tlaxcala, Oaxaca, y posteriormente, de Perú. La pigmentación del carmín simbolizó la designación del poder en la corona española y en la Iglesia, incluso fue el producto más exportado a Europa, después del oro y la plata.
En el proceso alquímico el fuego representa la última etapa, fijación de la materia, opus magnum, bermellón. La transición del oro purificado comienza en la fase de putrefacción (negro o el reino de Saturno), luego la disolución de la materia da lugar al blanqueamiento, éste propiciará el resplandor del citrino; la flor abrirá uno a uno sus pétalos, no sin el tránsito breve por el tinte de Tiria, púrpura, indica la perfección de la piedra (filosofal).
La cochinilla se resguarda bajo el velo blanquecino, pegajoso, extrae la savia adherida al nopal, su principal alimento. La hembra se cosecha al cumplir un periodo de tres meses de maduración, se deja secar (oscurecer) al sol, pulverizada se hierve en agua con ácido sulfúrico (se purifica), después se precipita con alumbre y cal, se filtra (o destila), se lava y finalmente se deja secar. Las fases alquímicas: descomposición correspondiente al nigredo, limpieza de impurezas, al ablutio, citrinitas o amarillamiento y rubedo, enrojecimiento o coloración violácea se realizan. La crianza del insecto pervive, por ejemplo, en Teotitlán del Valle o en Santa Lucía del Camino, Oaxaca, donde Eduardo Santana aprendió y ha explorado el proceso desde 2019; teniendo como referentes a Rembrandt, Rubens, Velázquez, el Greco y Van Gogh quienes implementaron el uso de la grana en su obra.
La variante o alteración de color en la grana se logra a partir de la combinación de bicarbonato de sodio y limón para continuar el proceso de transmutación. Sin embargo, éste no termina, luz cálida o fría, reflejos, luminosidad diurna o la posición solar dotan a la imagen de un filtro invisible, a través del cual la mirada percibe tonalidades inesperadas en un sólo cuadro que, podría transfigurarse en otro, a la vista de todos. La escala cromática en la producción de Santana abarca de la coloración profunda en la piel de la uva hasta la explosión del cítrico: naranja, mandarina o pomelo, atravesada por una gama extensa de sabores conjugados: una copa de vino tinto chileno, mordida a una grosella, zarzamora, berry o frambuesa, bayas de acaí, garambullo, cerezas dulces, tuna roja y pitahaya, granada o fresa en los labios mal pintados de una mujer en la calle, dos puntos en el cuello, el piquete de un mosquito en apariencia, ¡ah! sin olvidar el betabel, la cebolla morada y la verdolaga, entre otros.
El viaje sensorial es siempre interior. Nos desplazamos físicamente al utilizar algún medio de transporte, en el mejor de los casos, o caminamos incesantemente. Basta cerrar los ojos, escuchar el rumor de las campanas de viento, la floración de la lavanda en el jardín, el zumbido de las abejas. Silencio. Con atención y práctica podremos ver dentro de nuestro cuerpo discos giratorios de luz: el chakra raíz (Muladhara), situado al final de la columna, nos conecta a la tierra, a las necesidades básicas, personales. Es vitalidad y supervivencia, su color rojo evoca pasión y amor. El chakra sacro (Svadhisthana), en la región abdominal, bajo el ombligo, simboliza sensualidad y emociones, se relaciona con el equilibrio necesario para una sexualidad plena, sin inhibiciones. Su tono naranja significa prosperidad. El chakra del Tercer Ojo (Ajna) se encuentra en el entrecejo, vincula intuición y percepción extrasensorial. Enlaza nuestro sistema nervioso y endocrino, su tonalidad es violeta, sabiduría.
Durante la pandemia Santana emprendió ese viaje dentro de sí en 10 obras sobre papel amate, incluidas piezas de arte objeto, contenidas delicadamente en cajas valencianas para evocar, a través de la abstracción, cada melodía de reconocido repertorio, soundtrack personal compartido. Da cuenta de la escapatoria temporal, a través del sonido, tiempo y espacio, desde el cuerpo, su energía de imaginación y creación en la gama multitonal de la «grana cochinilla», insecta: Dactylopius coccus, hemiptera de la Familia Dactylopiidae. Permitiendo al espectador “que se vuelvan polvo, que se vuelvan polvo todos los dolores”, bienvenidos a transitar por esta serie de viajes extraordinarios.
Playlist que acompaña la exposición Viajes Extraordinarios, del artista Eduardo Santana.