Luisa Espinosa Carmona
Inicia el frío y con él las inevitables ganas de tomar vitamina C, aun así no tengamos conocimiento sobre ella, sólo sabemos que siempre se nos ha dicho que si hay frío, nuestro escudo anti enfermedades de confianza es justamente esta vitamina.
El Ácido Ascórbico, mejor conocido como Vitamina C, es un nutriente que el cuerpo necesita para formar vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágeno en los huesos, también es vital para el proceso de curación del cuerpo y nos ayuda a absorber y almacenar de forma más eficiente el hierro. La vitamina C es un antioxidante que protege las células contra los efectos de los radicales libres (moléculas que se producen cuando el cuerpo descompone los alimentos o se expone al humo del tabaco y la radiación del sol, rayos X u otras fuentes). Los radicales libres pueden desempeñar un papel en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades.
Debido a que el cuerpo no produce vitamina C es necesario que obtenerla de manera externa, o sea a través de la alimentación. En la actualidad es muy raro el presentar deficiencia de esta vitamina, debido a que la mayoría de los alimentos que solemos consumir de manera cotidiana ya vienen fortificados con esta vitamina. Aun así hay situaciones que te pueden poner en riesgo por un consumo deficiente, tales como:
Fumar o estar expuesta/o al tabaquismo pasivo
Tener ciertas afecciones gastrointestinales o ciertos tipos de cáncer
Tener una alimentación limitada en el consumo de frutas y verduras
Si te encuentras en alguna de las situaciones mencionadas, visita a tu nutrióloga/o de confianza parea una evaluación y recomendación personalizada.
¿Qué pasa si no tengo un consumo adecuado de vitamina C?
Sí hay presencia de anemia, sangrado de las encías, hematomas y mala cicatrización de heridas podríamos estar ante la presencia de una enfermedad llamada escorbuto, la cual surge a partir de una deficiencia grave de vitamina C.
Y si hay presencia de náuseas, vómitos y diarrea, acidez estomacal, hinchazón o cólicos estomacales, fatiga y somnolencia, o a veces insomnio, dolor de cabeza y enrojecimiento de la piel, entonces podríamos estar ante la presencia de un exceso en el consumo de esta vitamina.
Porque sí, la deficiencia o el abuso puede llevarte a presentar consecuencias negativas en tu estado de salud. Por esto, es importante que no te auto-suplementes, el hecho de que no sea un medicamento no quiere decir que no traerá consecuencias a corto, mediano y/o largo plazo.
¿Entonces la vitamina C es buena o es mala?
¡Es buenísima! Siempre y cuando la consumas en cantidades adecuadas. Con el simple hecho de tener una alimentación variada y constante en verduras de hoja verde y frutas de temporada, te dan la cantidad suficiente para mantener una óptima concentración de esta vitamina en tu cuerpo. Si hablamos de suplementación, recuerda que ésta siempre, SIEMPRE, debe ser bajo vigilancia profesional.
Y en general lo que te protege de los contagiarte de un resfriado común es todo en conjunto:
Tener una alimentación suficiente, variada, adecuada, equilibrada e inocua
Mantenerte en activación física constante (a menos de que tengas alguna contraindicación)
Usar mascarilla en lugares con mucha gente
Lavarte las manos de manera constante, teniendo en presente hacerlo siempre después de ir al baño y antes de comer
Mantener niveles de bajos de estrés