La caída, de Lucía Puenzo
Por Gibrán Alvarado*
En columnas anteriores puse sobre la mesa la discusión sobre los prejuicios que el espectador tiene al momento de pensar sobre “el cine mexicano”; también, di mi punto de vista sobre el estado de salud de la filmografía nacional. A partir de ello, mencioné los largometrajes elegidos por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) para competir en la categoría a Mejor Película y me comprometí a comentarlas, mi afán no es describir las tramas, busco incentivar al lector para que las vea y forme sus propias conclusiones, sólo haré, quizá, pequeñas enumeraciones con elementos que me parecieron dignos de analizar, pero de forma muy panorámica.
La caída (2022) muestra la sencillez con que se reproduce, ejerce y normaliza la violencia pero ofrece una oportunidad para aprovechar el pasado en haras de un mejor futuro, aunque no nos toque a nosotros. A través de Maribel es posible representar a muchas personas que durante años han sido silenciadas y han tenido que sobrellevar esa carga. Ya sea por ideas heredadas y que siguen reproduciéndose, como cuando se aduce que “así son las cosas”, por el miedo a ser estigmatizado si se levanta la voz o por el hecho de no tener la capacidad, experiencia o confianza (como en el caso de menores de edad) para externarlo y saber actuar ante estas situaciones… por esto y mucho más, las denuncias siguien siendo poco comunes.
El silencio ante la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, es un problema que debe atenderse en el tejido social y los adultos son quienes necesitan poner las bases para implementar estrategias en entornos específicos y apoyar en la práctica a los adolescentes y niños. La película dirigida por Puenzo muestra las afectaciones piscológicas de quienes son víctimas de alguien que se encubre detrás de su labor, así como de las personas que lo rodean y no lo creen capaz de actuar en contra de los valores que promulga. Maribel es quien piensa qué sucedería si no levanta la voz, ya no sólo es ella, hay más personas que, en su inocencia, están a punto de caer.
El filme da voz una atleta que lucha por hacer visible cierta problemática que de no hacerse evidente seguirá sucediendo, Maribel tiene la posibilidad de modificar las cosas y su consecuencia será el cambio en la vida del prójimo, más allá de las posibles represalias hacia una persona, se pretende ayudar al colectivo. El escenario es un ciclo preolímpico, una última oportunidad para dominar la piscina, una última oportunidad contra el silencio. ¿Será posible incentivar el grito en esas voces que se apagaron?
La caída puede verse en Amazon Prime.