ENRIQUE GARRIDO
En 1977, David Bowie junto con Brian Eno y bajo la producción de Tony Visconti le regalaron a la historia una de sus canciones más emblemáticas. Se trata de un llamado a la rebeldía amorosa, himno a la resiliencia, nuevo canto homérico donde, a través de la musa de la música, se narra la cólera funesta que desató la guerra fría en una Alemania dividida por el muro de la infamia. Heroes nos invita a pensar en la posibilidad de protagonizar una historia hermosa, donde superamos la adversidad y seremos reyes al compás de disparos sobre nuestras cabezas.
Por mucho tiempo el heroísmo sólo era para unos cuantos, condenándonos a ser personajes marginales o espectadores en un mundo que pide a gritos un accionar desinteresado. Durante la década de 1940, un norteamericano revolucionó la manera de analizar historias. Hoy en día su legado se reconoce en sagas como The Lord of the Rings o Star Wars. Con la publicación de El héroe de las mil caras, Joseph Campbell, influenciado por el psicoanalista Carl Jung (discípulo de Sigmund Freud), nos presentó el viaje del héroe, una estructura narrativa compuesta por tres etapas fundamentales: la partida (o la separación), la iniciación y el retorno; las cuales, a su vez, constan de distintos pasos, sumando diecisiete elementos en total.
A través de sus investigaciones en torno a la mitología y religión comparada, Campbell nos plantea que las personas estamos programadas para darle sentido al mundo que nos rodea, muchas veces mediante una narrativa satisfactoria, lo cual no sucede a menudo, provocando una frustración patológica.
Esto llamó la atención de los investigadores Kurt Gray y Benjamin Rogers, profesores en la Escuela de Administración Carroll del Boston College, quienes desarrollaron la investigación titulada “Ver tu historia como el ‘viaje de un héroe’ aumenta el significado de la vida”, la cual propone que, tomando como base lo expuesto por Campbell, cambiemos nuestra perspectiva de la realidad.
Así, los involucrados condensaron la estructura del viaje del héroe en los siguientes siete pasos: 1. Un protagonista principal (que eres tú). 2. Un cambio de circunstancia (algo sucede en tu vida, por ejemplo, emprender una aventura que no resulta como esperabas). 3. Una búsqueda de la solución (trata de encontrar respuestas… ¿cómo puedes salir de la crisis?). 4. Los aliados que lo apoyan (pueden ser tus amigos, familiares o cualquiera que esté de tu lado). 5. Un desafío (algo que te propongas hacer). 6. Una transformación personal (lo que aprendes para lograr el desafío). 7. Y un legado como resultado final (es decir, el aporte de tus decisiones para tu entorno).
Kurt Gray no es ingenuo y, en una entrevista para la BBC, le pide a la gente que “no se engañe o que se imagine que es Harry Potter […] No le estamos diciendo que se imagine que está en un mundo de fantasía. Lo que estamos diciendo es que vea los eventos de su vida de otra manera”. Lo anterior da sentido y belleza a la vida, pues aumenta la prosperidad y disminuye la depresión. El investigador da un ejemplo sencillo: “imagina que estás despierto en la noche porque tus niños lloran. Puedes pensar que eso no tiene ningún sentido o puedes decir: ‘mi historia es la de un padre o madre que está intentando que mi hijo sea una mejor persona, estoy formando una familia y ése es el objetivo final”.
A la postre, todo adquiere el sentido que uno quiera darle, sucede en nuestras acciones, en lo que vemos y escuchamos. Así, todos podemos ser héroes, quien lee esto, quien lo escribe, incluso un par de amantes… Bowie confesó, hasta el 2003 (pues el productor era casado al momento de la grabación), al sitio Performing Songwriter que la inspiración para la canción vino de una postal donde Toni Viasconti y su amante, la cantante de jazz Antonia Maas, se besaban frente al muro de Berlín.
Al final, eso no importa, pues se trata de superar los obstáculos, “the shame was on the other side. Oh we can beat them, for ever and ever. Then we could be heroes, just for one day”.