TRADUCCIÓN DE NAYELI GARZA
Fotografía extraída de X: @NobelPrize
UNA COSA LLAMADA EL CORAZÓN
Miro una palabra borrada.
La parte de una línea vagamente visible
Donde una L o una V giran
Alrededor de espacios vacíos ya
Antes de ser borrada.
Quiero meterme en un lugar como ese,
Encorvando mis hombros,
Doblando la cintura,
Arrodillándome mientras aprieto mis tobillos juntos.
Pero este corazón que quiere desaparecer
No puede borrar nada más.
Un cuchillo menos desvanecido
Parte mis labios por la mitad.
Y mi lengua, buscando un lugar más oscuro,
Se enrosca en silencio.
GUIJARRO BLANCO
Hace mucho tiempo ella encontró un guijarro blanco en la playa. Le sacudió la arena y lo guardó en su bolsillo para luego guardarlo en un cajón llegando a casa. Era un guijarro liso y redondeado por la erosión de las olas del mar. Para ella, su blancura era casi transparente, pero cuando intentó ver a través de él se dio cuenta de su error. (Era, de hecho, un guijarro perfectamente ordinario). De vez en cuando lo sacaba del cajón y se lo colocaba sobre la palma de la mano. Si el silencio pudiese ser condensado en la cosa más pequeña, en el objeto más sólido, pensaba, seguramente es así es cómo se sentiría.
PARA LA QUIETUD
Cuando el día de su partida se acerque
De pie en la oscuridad de su casa
Habrá palabras que querrá decirle a la quietud
Dónde a ella no se le permitirá habitar más.
Cuando la noche que parecía interminable termine
Y la ventana del noreste sea un trozo de crepúsculo azul
Cuando el cielo brille hasta ser ultramarino
Y se delineen lentamente los huesos de los álamos
Habrá algo que ella querrá decirle a la quietud
A primera hora el domingo por la mañana
Cuando los otros habitantes del edificio
Aún no se hayan inquietado.
Por favor, que continúe un poco más así.
Dale tiempo a que me limpie.
MARIPOSA BLANCA
Si la vida no se extendiera en línea recta, en algún punto ella podría haberse dado cuenta de que había doblado una curva. Otorgándole, quizá, la consciencia de que nada de ese pasado puede vislumbrarse ahora si diera un vistazo rápido por encima del hombro. Este camino podría estar cubierto no de nieve ni escarcha, sino de la suave tenacidad de los pastos de primavera verde pálido. Una mariposa blanca titubeando en acercarse podría atrapar su mirada, empujándola unos pasos más allá en la estela de esos aleteos, como inquietas palpitaciones de un alma. Sólo entonces sería consciente de los árboles que la rodean, su resucitación lenta, como si estuvieran sometidos por algo, emitiendo un olor extraño y sofocante, estallando en una proliferación aún más abundante, en el aire enrarecido, hacia la luz.
CIERTOS OBJETOS EN LA OSCURIDAD
Ciertos objetos lucen blancos en la oscuridad. Cuando la oscuridad está envuelta incluso de la luz más tenue, las cosas que de ningún otro modo podrían ser blancas brillan con una vaga palidez. Por la noche, en la sala de estar preparo el sofá cama y me recuesto bajo esa luz. En lugar de tratar de dormir, espero hasta sentir que mis sentidos se sintonizan con el paso del tiempo. Los árboles afuera de la ventana proyectan sus siluetas sobre la pared de yeso blanco. Pienso en la persona que luce como esta ciudad, pienso en cómo se ve su rostro. Espero a que sus contornos converjan, para poder leer la expresión de su cara.