Por J. Arturo Burciaga C.
Fractal es libre y adherente en el marco de lo bello, lo que place universalmente, sin necesidad de tener un conocimiento previo en la abstracción de las formas. Estos objetos de arte, plasmados en espacios fractales, hexagonales como pretexto geométrico, pueden ser considerados bellos sin presuponer un concepto de los mismos. Los constructores de Fractal: Carlos Alberto Sánchez, Leopoldo Elías Smith MacDonald, Claudia Lorena Alvarado, Enrique Barajas Pro, Guillermo Méndez, Alejandro Herrera, Juan José Macías, Javier Cortés, José Olivares, Hulvia Rivera, Susana Díaz, María Mier y Javier Malo.
Todos ellos abren un abismo salvable entre el mundo de los sentidos y el del pensamiento. Ir de los sentidos de la materia en estas obras al plano de la abstracción en el pensamiento es una operación que se sustrae del imperio estético donde el humano es libre, porque no se halla determinado en lo material y lo intelectual. Entre estas obras fractales se enlazan la experiencia de la mirada y la razón con extremada precisión, donde estos opuestos convergen para la inclusión absoluta de las realidades. Se eleva enseguida la unidad estética pura donde la belleza actúa sobre la sensibilidad y los estados de mirada y razón desparecen por completo.
Se suman varias fuerzas en el temple de la plástica y lo fractal, manifestaciones particulares que se articulan en potencia para mostrar una integridad visual. Aparecen las ajenas fuerzas de los artistas para fundar una impresión nueva en la misma proporción que la deconstruyen: se gana en movimiento y en reposo, donde, en realidad, no puede darse un efecto estético puro, porque la dependencia de las fuerzas creadoras es permanente. Es el empeño en observar abstracciones reunidas y separadas al mismo tiempo. Las afinidades en los fractales remueven límites objetivos de colores y propuestas; conforme se asciende en el género de la plástica se rodea de una tranquila claridad. Los estilos diferenciados en cada fractal consisten en esto: en saber borrar las limitaciones específicas, sin suprimir las cualidades generales y, empleando magistralmente lo característico, imprimir a la obra un sentido universal.
Vencer las limitaciones propias del género abstracto que cultiva cada artista, es una labor que va también contra los materiales que trabaja; es decir: cuando la forma aniquila la materia. El ánimo del espectador de Fractal es libre, intacto. Sale de un hexágono mágico para entrar a otro que en torno de él traza el artista. No siempre la obra carece de forma porque produce efecto por su contenido, si el espectador percibe con el entendimiento y la mirada, el conjunto mejor logrado se atenderá sólo a las partes.
La propuesta de Fractal es de imágenes inusitadas donde el punto y la línea distinguen áreas en acción para precisar absolutos y correspondencias. Es la agrimensura de una geometría en busca de efectos deseados: un producto de arte y su causa productora pensada en lo cual debe su abstracción. Arte oficioso con mecanismos libres, proporciones de talento y bases de las preocupaciones de sus creadores. Es posible referirse a lo humano del arte en esta propuesta con la intención de producir algo meramente subjetivo, acompañado de placer por medio del sentimiento. Este arte abstracto no aplica reglas según su producto que busca la precisión de llegar a ser lo que debe ser.
Al final, este arte crea a su designio imágenes y apariencias destinadas a representar ideas, a mostrar la verdad bajo abstracciones sensibles. Tiene la virtud de remover emociones, hacerlas probar los puros goces ligados a la visión y contemplación de lo geométricamente bello.
Zacatecas, Zac., 28 de julio de 2023