Por Perla Yanet Rosales Medina
En abril de 2022, el litio en México fue nacionalizado, lo cual convierte su explotación en responsabilidad del estado.
La comprensión de la importancia del litio no se ha aclarado del todo, a pesar de haber escuchado diversas políticas y discursos políticos relacionados con el tema. El ámbito político es inherentemente ambiguo, permitiendo que la interpretación varíe según las perspectivas individuales. A pesar de todo, conocer la información científica del tema permite ampliar el panorama.
Hablemos del litio
El litio es el tercer elemento químico dentro de la tabla periódica, fue identificado por primera vez en Suecia por Johan August Arfvedson en 1817; es el menos denso de todos los metales, es tan ligero que flota en el agua y tan blando que puede ser cortado por un cuchillo.
Sin importar los 200 años que lleva el litio presente en nuestra sociedad, la historia misma del litio comenzó alrededor de 1920, donde fue utilizado como insumo en el sector industrial cuyas aplicaciones consistían en la elaboración de cerámicas y vidrios, lubricantes y grasas para máquinas y partes mecánicas, además de esto, existen registros sobre su uso en la producción de armamentos durante la guerra fría; sin embargo, el auge del litio ocurre en 1990, cuando los dispositivos electrónicos requerían un suministro energético de mayor durabilidad, gracias a diversas investigaciones, para 1996 el litio ya era el principal componente en baterías de dispositivos portátiles, prueba de ello fue la alta demanda del litio en el mercado electrónico, y su reducción en el mercado de cerámicos y vidrios.1
Actualmente se sabe que una de las ventajas que ofrece el litio es el alto almacenamiento de densidad de carga en volúmenes relativamente pequeños. En comparación con otros materiales, el litio tiene una gran capacidad para almacenar energía, siendo esta característica la que lo convierte en un mineral estratégico en la transición energética, es decir, el litio se está convirtiendo en el nuevo petróleo a escala global.
Cuando se habla del litio en el contexto del almacenamiento de energía, es común referirse a los iones de litio. Un ion es un átomo o molécula que ha ganado o perdido electrones, lo que resulta en una carga eléctrica no neutral. Para simplificar, podemos usar un ejemplo. Imagina un átomo de litio con tres electrones orbitando su núcleo. Cuando este átomo se ioniza, pierde un electrón. En este estado ionizado, se le llama ion de litio, y se representa en notación química como Li+. Esta notación indica que el ion de litio tiene una carga positiva. Para comprender mejor este proceso, puedes referirte a la figura 1 que proporciona una representación visual.
Figura 1. Átomo de litio del lado izquierdo. Ion de litio del lado derecho.
Los iones de litio son utilizados principalmente en baterías de litio, las cuales tienen aplicabilidad en portátiles, teléfonos móviles (siendo éste su más grande campo de aplicación actualmente) e incluso automóviles eléctricos que no producen contaminantes.
Fuentes, extracción y aplicaciones
El 56% del litio de todo el planeta está concentrado en una región geográfica conocida como “el triángulo del litio”, conformado por Bolivia, Chile y Argentina, después de esto, las siguientes grandes concentraciones de litio se encuentran en Estados Unidos, Australia y China, nuestro país ocupa el décimo lugar en capacidad de litio según el Servicio Geológico Estadounidense2.
Australia y Chile son los principales productores de litio. El litio se extrae a partir de tres tipos de depósitos: salmueras, pegmatitas y rocas sedimentarias, luego de la extracción se somete a una serie de procesos para obtener los compuestos de litio deseados, lo cual es un proceso que requiere tiempo.
A pesar de que el 74% del litio se utiliza en la fabricación de baterías3, su uso no se limita únicamente a este sector. El litio desempeña un papel importante en el campo de las energías renovables, ya que se utiliza para el almacenamiento de energía proveniente de diversas fuentes, como celdas solares o generadores eólicos. Aunque esta aplicación puede parecer similar a la de las baterías, el litio también tiene un papel en la industria farmacéutica.
En la industria farmacéutica, el litio es un componente importante en el tratamiento de ciertos trastornos mentales, como el trastorno bipolar, la manía e hipomanía. También se utiliza en el tratamiento de la esquizofrenia y algunos tipos de depresión.
En conclusión, el litio es un mineral crucial en el ámbito energético. Sin embargo, su distribución global, las técnicas de extracción, la industria de fabricación de insumos y la investigación de nuevas aplicaciones están marcadas por la desigualdad generada por las grandes potencias. Esto nos lleva a reconocer que hablar del litio implica considerar un panorama complejo con diversas variables, así como la necesidad de invertir y fomentar la conciencia.
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Bibliografía
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Breña, C. M., Breña, C. M., & Breña, C. M. (2023, 18 febrero). “La explotación del litio en México se abre a la ‘Asociación de Empresas Nacionales y Extrajeras’”. El País México. https://elpais.com/mexico/2023-02-18/lopez-obrador-promete-en-sonora-el-litio-para-todos-los-mexicanos.html
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1 Colombo, S. S. (2019). Litio, un recurso natural estratégico en la geopolítica internacional y suramericana. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/116254
2 Wu, W., Luo, W., & Huang, Y. (2023). “Less is more: a perspective on thinning lithium metal towards high-energy-density rechargeable lithium batteries”. Chemical Society Reviews, 52(8), 2553-2572. https://doi.org/10.1039/d2cs00606e
3 Idem.
