GIBRÁN ALVARADO
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Esta columna me ha servido para acercarme a películas que tenía pendientes, es verdad que nunca podré ver todas las que quisiera, pasa lo mismo con los libros, pero sí el tener que escribir semanalmente y la propuesta de este año para abordar a un director por mes permite indagar en la filmografía. A partir de ello, en los últimos años, en pláticas, ha salido a colación la saga Star Wars y mi comentario siempre era “no la he visto”. Debo confesar que mi único referente eran los vagos recuerdo de cuando en la primaria, allá a inicios de los 2000 nos llevaron a un cine (que ya no existe) en Lomas de la soledad. Fuimos a ver una película de Star Wars, ¿cuál?, no tengo ni idea.
Entonces, hace algunas semanas, un conocido hizo una referencia a la saga y volví a contestar lo de siempre “no la he visto”. A partir de esto, me propuse realizar ese primer acercamiento, pese a que muchos de mis amigos son fanáticos y tienen figuras, posters y demás mercancías relacionadas con sus personajes, yo nunca había tenido el interés o la curiosidad. En fin, más allá de hacer un análisis de la primera entrega, Episodio IV – Una nueva esperanza, me centraré en mi experiencia como espectador primerizo de una saga muy famosa y aclamada en la cultura popular.
Su trama se puede seguir con los lineamientos de El mito del héroe, de Campbell, quien hace referencias a los personajes de la saga, pero lo fascinante es la capacidad del guion y las actuaciones para atrapar, en todo momento uno está en vilo ante la pantalla, los personajes tienen ese imán para querer saber más sobre ellos (quizá pase en las siguientes entregas, al día de hoy, no he visto el filme del que escribiré la siguiente semana) y el seguimiento de las acciones de R2-D2 y C3-PO, con una función aparentemente secundaria, pero demasiado relevante es una metodología muy efectiva.
Luke Skywalker me hizo recordar a otras figuras arquetípicas como Harry Potter o Frodo y el papel de Obi-Wan-Kenobi al de Dumbledore o Gandalf (recuérdese a Campbell). Las batallas, las naves, los ejércitos, las pugnas, todo esto me pareció muy bueno, me gustó la película, me hizo comprender el porqué de su éxito (más allá de las pláticas en torno a la compra por parte de Disney y la explotación del producto). Considero que el filme ha envejecido bien, es una buena propuesta en esta época de guiones insulsos y desechables. Una disculpa por tornar este escrito, más que a modo de reseña, como una experiencia muy personal y anecdótica sobre el acercamiento a la saga, lo consideré necesario.